ΒΆ Lo tercero, que por el mandamiento de guardar las fiestas, no se manda el culto diuino interior, que consiste en pensar, o holgar se en Dios, y con el, sino el exterior, que consiste en oyr missa l { ca Missas de consecra. d. 1. }, y en cessar de obras corporales exteriores, seruiles m { ca. Ieiunia. cum glo. & Archi. de consecr. d. 3. }, como lo ensena galanamente vn Cardenal n { Caie. 2. Sec. q. 122. art. 4. in princ. }, Porque aunque el fin deste mandamiento es, para que el hombre piense, y huelgue en Dios, como lo dize S. Thomas o { Ibidem. }, pero el fin del mandamiento, quando es otra cosa dela que se manda, no es mandado, como el mesmo S. Thomas comunmente recebido lo dize en otra parte p { 1. Sec. quaes. 100. art. 9. }. Verdad es que son necessarios el proposito, y atencion interiores, que requieren el oyr dela missa, para que sea obra de religion.