ΒΆ Lo. viij. que [num. 8] es duda mal determinada paraque tiempos nos obliga a su cumplimiento este mandamiento de amar al proximo como a nos mesmos, de manera que mortalmente pequemos por no lo cumplir. Y por agora, saluo mejor parecer, el nuestro es, que nos obliga siempre, y para siempre, a que quando amamos a Dios, y al proximo charitatiua, y generalmente, no saquemos de aquel amor gener al a nadie, aunque sea enemigo nuestro, y aunque lo sea de Dios, si no esta ya enel infierno b { Iuxta mentem vtriusque Tho. 2. Se. q. 25. ar. 6. 8. &. 9. &. q. 83. ar. 8. iuxta quam , quod de damnatis dixi intelligo. }. Item que nos obliga, a que quando el enemigo, que nos ofendio nos pide perdon lo amemos y mostremos amor en especial, segun S. Thomas c { Iuxta mentem eorumdem . in d. q. 83. art. 8. }. Pero parece nos, que basta amarlo, por algun amor natural mostrando selo, aunque no concibamos este alto amor charitatiuo, paraque no pequemos por ello nueuo pecado. Ca puesto que esto parezca contrario a lo que el dize d { In di. q. 83. articu. 8. }: Pero por ventura esto mesmo siente. Obliga tambien , quando el proximo tiene necessidad extrema de nuestra ayuda para la saluacion de su alma, como el nino, o loco, y aun el cuerdo que se va a morir sin baptismo, y aun el que pide algun consejo, o consuelo, o ayuda espiritual, sin la qual al parecer de varon prudente se ha de condemnar. Diximos (para la saluacion de su alma) porque nos parece, que no pecaria el que dexasse de amar con este amor charitatiuo al que esta en extrema necessidad de la saluacion de la vida corporal, si por otro amor natural mas baxo de pariente, amigo, companero vezino, o otro le socorriesse a { Argu. notatorum in capi. pasce. 86. di. & in l. Necare ff. de liber. agnos. & eorum quae Caieta. 2. Sec. q. 25. ar. 1. }. Ni obsta dezir que lo mesmo parece del, que sin amor charitatiuo con solo el natural socorre al que esta en necessidad spiritual, porque a las vezes puede acontecer que se socorra a tal necessidad sin desseo de la saluacion spiritual que incluye amor de charidad formal, o virtualmente. Y anademos a esto que, assi como arriba diximos, que nos parecia, que no pecaua nueuo pecado el que creyendo probablemente estar en estado degracia, cumplia el mandamiento de amar a Dios charitatiuamente, quando a ello era obligado, fuera de tal estado. Assi tambien [num. 9] por mas fuerte razon el que es obligado a cumplir el mandamiento de amar al proximo charitatiuamente, no peca, sino lo cumple en estado de gracia, si probablemente cree estar enel. Y aun por ventura se podria dezir, que nunca somos obligados a cumplir este mandamiento de amar al proximo en estado de gracia, por especial charidad si la necessidad de administrar los sacramentos al que esta en extrema necessidad spiritual, o otra cosa semejante no nos obligare a ello. Todo lo qual es muy quotidiano, y poco declarado. De todo [num. 10] esto se sigue, quan diabolica es la costumbre de dezir al proximo: el diablo os lleue: doyte al diablo, y al reues, quan angelica, quan prouechosa y consolatiua es la de dezir de palabra y cora con al proximo Dios os haga sancto, Dios os lleue al parayso, plega a el que nos hallemos, y veamos alli, y otras semejantes palabras. Mayormente el hombre a la muger, o la muger al hombre. Porque este desseo de veras concebido reforma mucho, y refrena al amor humano honesto de entre ellos, paraque no degenere, y salte en amor deshonesto y de deleyte vedado.[*]