LO primero
† dezimos,
q̃
que
este vicio es bien platicado, y
mal entendido: y
comũmente
comunmente
se dize,
q̃
que
es amor desordenado de la propria
excelẽcia
excelencia
, segun S. Tho
, y muchos, en muchas partes. Pero no
penetrarō
penetraron
muchos a
conocer la differencia,
q̃
que
ay entrella, y la
presumpciō
presumpcion
, ambicion, y
vanagloria: antes ouo
algũos
algunos
q̃
que
dixeron, estas ser especies della.
Lo
cōtrario
contrario
de lo qual se deue tener
cō
con
S. Augustin
Lib. de natura. & gratia.
, y con todos
los antiguos, y
cō
con
el doctissimo Cardenal
,
segũ
segun
la
mẽte
mente
del qual, y
|
aun de S. Augustin
, y de S. Thomas
, podemos dezir
claramẽte
claramente
lo que el, por demasiado declarar escurecio: y diffinir, que la soberuia es vicio, que inclina a querer simplemente su grandeza, y excelencia peruersa: y su auto, o pecado, de que ella se
engẽdra
engendra
, y a que
combida, es el querer, o amar su grandeza, y excelencia peruersa.
Diximos (vicio que inclina a querer) por genero della. Añadimos
(simplemente) porque el amor de la grandeza, y
excelẽcia
excelencia
peruersa de honrras, es
ambiciō
ambicion
: y el de officios, presumpcion: y el de gloria, vanagloria. &c. Diximos (su grandeza) porque no es de essencia de la soberuia, querer sobrepujar a otro: ca basta querer grandeza peruersa. Aunque por no ser tampoco contra su naturaleza,
añademos (excelencia) que de su naturaleza denota
sobrepujamiẽ
to
sobrepujamiento
de otro sobrepujado, puesto que en la
diffiniciō
diffinicion
de S. Thomas,
generalmente se toma por lo vno, y por lo otro.
† Diximos (peruersa) lo vno,
porq̃
porque
S. Augustin
lo dixo, y para excluyr el desseo
de la grandeza concertada de merecimientos de sciencia, de virtudes, de fuerças, artes, y el desseo de exceler, y sobrepujar, a otro conforme a razon, que no son soberuia, como lo dixo S. Thomas
2. Secun. q.
162. arti. 6.
.
Lo otro, porque de la essencia de la soberuia es amar su grandeza,
o excelencia, con menosprecio de la diuina sujecion, no queriendose someter a su regla, y medida, segun S. Thomas
In d. q. 162.
ar. 4. &. 5.
, y su Comentador. Por la qual razon dizen vna glossa
, y S. Thomas
recebidos, que la soberuia de suyo es el mayor pecado de todos, porque
de suyo expressamente pretiende el apartamiento de Dios, el qual
no pretienden los otros pecados mortales, sino por vna
cōsequencia
consequencia
, en quanto del
q̃
que
los comete se aparta el. De donde se sigue ser
verdad lo que vn Moderno
dize. s. que quien ama su propria excelencia, y grandeza peruersa, sin actual menosprecio de la
sujeciō
sujecion
diuina, no es formal, y derechamente superbo, sino material, & indirectamente: como el que infama murmurando, sin intencion de
diffamar, no es infamador formal, y derecho, sino solamente material, como lo apuntamos arriba
In
capĩ
capi
. 18.
nu. 19.
: y en otra parte
lo explicamos.
¶ Lo tercero
† presuponemos, que las especies de la soberuia son
quatro, segun Sant Gregorio
, y S. Thomas
2. Secun. q.
162. arti. 4.
. La primera es pensar,
q̃
que
tiene de suyo (y no recebidos de Dios) sus bienes naturales
de ingenio, entendimiento, memoria, fuerça, hermosura, &c. O
los de fortuna. s. riquezas, honrras, poderio, &c. O los espirituales, de gracia, sciencia, profecia, de lengua, para predicar, o leer,
&c. La segunda conocer, que los ha recebido de Dios: pero no
por via de gracia, sino de justicia de sus merecimientos. s. por ayu|
nos, por vigilias, oraciones, limosnas &c. La tercera atribuyr arrogantemente a si mesmo, qualesquier bienes, que no tiene: como virtud, saber, poder, perficion de vida espiritual, o de otra arte, y otras
cosas semejantes. La quarta despreciar desordenadamente a los otros, y querer que sean sujetos, aunque sean mas excelentes que el.
Y es mucho de notar, que estos falsos juyzios, no son immediatamente especies de soberuia, antes son effectos della: porque no consiste ella en juzgar ansi falsamente, sino en amar desordenadamente su grandeza, y excelencia, el qual amor desordenado le corrompe el juyzio, y le haze juzgar falsamente ser verdad, lo que no es
tal. Porque siendo el tal, seria su grandeza mayor, como lo siente
bien S. Thomas
, aunque poco lo declare su Comentador.