REsidiendo los anos passados en esta ciudad Angelo Brunengo hombre cursado desde su mocedad en los negocios dessas gradas, me compelio con buenas razones, a poner en orden y estilo claro muchas decisiones de casos tocantes a mercaderes, que en diuersos tiempos y lugares auia dado quasi en todas materias de sus tratos, ansi viuiendo en nueua Espana, como en esta vniuersidad. Y puestas como el queria, y expuestas al juyzio, y examen de personas doctissimas y de gran experiencia, por su mucha edad parescieron les tan mejor que a mi, que a todos cada vno por si successiuamente, como las yua examinando me dixeron ser error, no hazer, lo que hazer jusgaua en mi por desuario, que era publicarlas Pero eran de tanta authoridad estos padres, maestros, y tan eminentes en letras que tuue por consejo acertado seguyr su parecer, aunque muy contrario del mio. Mas determinado en publicarlas, no fue necessario persuadirme las dedicasse a esse consulado, porque luego vi en mi muy estrecha obligacion, a hazerlo por ser natural, en. v. mercedes derecho, par apretenderlo, por ser mercaderes, en la mesma obra, bozes que lo demandauan por su materia. Y holgueme que a caso como dizen tuuiesse esse consulado, lo que hasta agora el, ni otros destos reynos han tenido, y lo que no tener jusgue siempre por gran falta (conuiene a saber) vna resolucion clara y verdadera de los contratos que ay, mas se continuan. Porque siempre jusgue por gran descuydo, no tener qualquier congregacion de tratantes, como es essa, Burgos, Medina, Lisboa, determinado por alguna vniuersidad de Theologos, que es lo licito, e illicito en los negocios que mas se cursan entre ellos, para que en lo comun, y principal del trato no errassen, ya que en algun negocio raro y peregrino, no tuuiessen esta luz ni esta resolucion. Lo qual con ser cosa tan necessaria como la mesma razon natural dita, no veo que esse consulado aya sido en esto solicito. Pues a mi juyzio, no creo que ay mayor congoxa para vn hombre que ocuparse toda la vida en lo que no entiende, porque naturalmente el hombre dessea saber, y aquello dessea con mas efficacia, saber que mas trata, y mas trae entre manos. Y no saber en vn negocio que es lo justo, y que es su contrario, es no entender nada del. Porque esto es lo primero que de qualquier negocio, el Christiano deue saber por no perder el bien eterno tratando el temporal. Por lo qual desseando la vtilidad y honrra verdadera de essas gradas procure, que dado yo solo compusiesse la obra, muchos varones mas antiguos en dias, y letras, que yo casi fuessen authores della (conuiene a saber) todos los cathedraticos en Theologia desta vniuersidad de Salamanca, y otros muchos maestros, de gran erudicion, como abaxo van nombrados, examinandola ya compuesta, y aprobando su doctrina, cada vno de los quales la passo por si, y la censuro, de manera que se pueden assegurar con ella, y holgarse de tener resueltos y determinados sus contratos, por toda esta famosa vniuersidad do al presente, y siempre se conseruo, y florescio toda doctrina verdadera, ansi natural y moral, como diuina. Y por este fructo que se les sigue, que es tener vna resolucion compendiosa en estylo llano, de los contratos, que en estos reynos, y en Indias mas se celebran, que son companias, compras, ventas, y cambios, doy por bien empleado el tiempo que en componerla me ocupe. Especialmente que dado suela siempre tener baxa estima, y aun no pequeno recelo, y temor de mis obras, desta creo ser verdaderamente tal qual estos maestros doctissimos, dizen que realmente es. Y no tengo para creerlo argumento mas efficaz que affirmarlo, y aun firmarlo ellos ansi. Porque su edad es mucha, su authoridad grande, su experiencia larga, sus letras bien fundadas, su sinceridad prudente, libertad virtuosa, verdad clara muy conoscida, y aprouada, y la necessidad de aun darme algun contento ninguna. Por lo qual puedo, y deuo seguramente creerlos, y alegremente offrecer a esse consulado, y a todos, los que della se aprouecharen esta doctrina, como verdadera, y vtil y estas reglas para que midan y niuelen por ellas sus negocios, como ciertas, y derechas. Y este prouecho spiritual que espero, sacaran muchos dellas, tengo por bastante premio de lo mucho que trabaje en cumplirlas, henchirlas, y texerlas porque al principio salieron en los puros huessos y aun desmembradas. Y dame animo para esperar esto el buen zelo, que en muchos de esse trato he siempre conoscido, y conosco, plega su diuina Magestad, de cumplir en tanto prouecho de sus consciencias, mi justo desseo.