OBligacion es muy estrecha, como dize el Euangelio, de quien comunico la diuina clemencia, alguna gracia gratis data para la vtilidad de su pueblo seruirle con ella, en lo que della el pueblo tiene mas necessidad. Y condiciō es muy singular, de quiẽ le cupo en suerte destos dotes el del saber, y entendimiẽto (riquezas verdaderas si bien se enplean) seruir a su republica, ensenandole los medios que se han de tomar en los negocios, que en ella mas se cursan como doctrina, que a muchos sera prouechosa. Porque es proprio de la sabiduria, haziendo su assiento, en vno, o alomenos en pocos comunicarse como bien diuino, y dexarse gozar de muchos y su comunicacion consiste en guyar y en caminar los negocios de todos, por las palabras destos pocos, que como a templo do habite, y de do responda, escoge entre todos los mortales, segun el glorioso Augustino affirma. En lo qual la sabiduria criada imita a la eterna de quien se deriua. Tuuo siempre Dios por costumbre mostrarse a los hōbres muy raro, mas a essos que aparecia vngirlos y constituyrlos principes o prophetas en la multitud del vulgo para que los gouernassen y enseñassen. Ansi se reuelo a Abrahan, a Iacob, a Moyses, Iosue y Gedeon, los quales teniendo reuelacion, y siendo instruydos del cielo defendierō el pueblo Israelitico de la furia de sus enemigos, y les mostraron con leyes sanctissimas a viuir en vna soberana policia. Lo mesmo hizo entre gentiles con ser infieles. Porq̃ nunca desamparo su infinita piedad el humanal gẽtio de tal manera que no les mostrasse por diuersas vias algunos medios para conseguyr la salud verdadera. Reuelo a aquellos antiguos philosophos su justicia, y verdad como enseña el apostol escriuiendo a los Romanos, para que por su boca y predicaciō viniesse a noticia de todo el mundo. A este modo, nuestra sabiduria humana, q̃ tambiẽ se halla solida en pocos, tiene vn desseo efficacissimo en las entrañas de aprouechar a todos, segũ hallamos por experiẽcia, ansi en nuestros tiẽpos, como en los passados, si ponemos la consideraciō en todos los varones sabios, que en diuersas edades, y partes del mundo florescierō. Los quales luego, que llegaron a la cumbre y fastigio del saber, y beuierō como dize Persio, en la fuente de Parnaso, sintieron en si vn instincto casi natural de ser vtiles, y comodos a su gente, alũbrandoles sus ignorancias, y mostrandoles casi con el dedo el camino de la felicidad, que ya ellos auian topado. Porq̃ esta es la q̃ todos generalmẽte hā menester, y lo q̃ cō summo cognato en todas sus obras los hōbres appetecẽ y buscā. Y segun la disposiciō en q̃ hallā sus ciudadanos aplican la doctrina. El intento principal es siẽpre vno, los medios son diuersos. El fin es el de la mesma sabiduria (cōuiene a saber) viuir vna vida justa, los medios escogẽ estos cōforme a la capacidad del pueblo. Porq̃ aun hasta en mostrar su biẽ proprio a los hōbres (a q̃ de suyo naturalmẽte estā inclinados) es necessario vsar de ingenio y arte, segũ les es natural, el guyarse y ser guyados por razon. A vnos hallamos ocupados en exhortar a lo bueno q̃ no se hazia, a otros en dissuadir los graues males, q̃ se perpetrauā, a otros en animar y poner espuelas a los q̃ biẽ comẽçauā, ꝑa q̃ en todo se guardasse justicia, y se diesse a la vida mortal vn fin felicissimo, q̃ es vna buena muerte en q̃ cōsiste su biẽauẽturança. Licurgo đsterro cō ingeniosa dissimulaciō todo regalo y blādura de Lacedemonia, e introduxo vna austeridad mas q̃ popular qualidad muy necessaria para la virtud. Engendro vn grāde amor de la pobreza, Socrates procuro mostrar quan hermosa era la equidad, y modestia, Platō tomo por empresa hazer todos sus Atheniẽses yguales, Numa, Pōpilio đ afficionar cō grādes ceremonias los romanos a la religiō y culto diuino, Ienophōte viẽdo quāta necessidad, auia en el orbe de vn prudẽtissimo principe, estudio pintarle tomando por exẽplar a Cyro Monarcha de los Persas. De nuestros sagrados doctores, quiẽ podra dezir, cō quanto mayor conato, y tino siguen este destino, enseñando siẽpre a los hobres, lo q̃ mas segũ el tiempo es cōuenible. Solo podra cierto explicarlo, quiẽ perfectamẽte conosciere, quāto mas participā estos de la sabiduria verdadera (cuya propria cōdiciō explicamos) q̃ los primeros. Hasta nuestro Dios, q̃ es el saber por essencia se precia por Esaias desta propriedad suya, yo soy (dize) tu señor Dios, q̃ te enseño cosas vtiles y prouechosas. Pero hablādo de los hōbres, y comẽçando por los apostolos, que son despues del saluador nuestros principales maestros S. Pedro nos encomiẽda la obediẽcia y humildad. S. Pablo la vida y heruor de la fee. S. Iuan la charidad, Santiago las obras, y tras ellos los varones apostolicos, q̃ en el officio les succedierō todos, procurā la comodidad y salud đ las almas predicādo, y escriuiendo lo q̃ cōforme a su tiempo era necessario. Queriẽdo pues imitar a estos q̃ en affecto, y obras, fuerō verdaderos padres, y mirādo el estado presente destos reynos, y de todas las Indias, y q̃ creo durara algũos siglos, me parescio q̃ de muchas cosas, q̃ prouechosamẽte se puedẽ tratar, y es necessario se traten, seria ocupacion vtil mostrar cō claridad, como exercitariā los mercaderes licitamẽte su arte cō los de mas negocios annexos, y consequentes de cābios y vsuras, porq̃ veo muy gran gẽtio occupado en estos exercicios, y necessidad general, en amplissimos reynos de semejātes occupaciones, edificar sea con tal doctrina la consciencia de los tratātes, y aprouecharse ha la haziẽda de todos. Porq̃ mostrādo la equidad, y justicia q̃ hā de guardar los primeros en sus contratos, no sera el pueblo agrauiado, si la guardā en sus vẽtas, y cōpras, cosa de grā vtilidad, segũ se exercitan estos negocios el dia de oy entre Españoles, mas q̃ en ningũa otra naciō. Y tomado este destino, mi cuydado principal fue tener siẽpre ante los ojos el talẽto, y condicion de la gente a quiẽ mostraua, diziẽdo en cada pũto y cōtrato, solamẽte lo q̃ bastasse, no todo lo q̃ para ornato y hermosura de la obra se pudiera dezir. Aunq̃ biẽ se me figuro, q̃ siguiẽdo tāta resolucion auia de salir la doctrina algo desnuda y fea. Porq̃ la substācia sola de la verdad, dado q̃ por ser verdad es en si hermosissima, no parece tal a nuestra vista lagañosa, si no se pone alguna color de facũdia, y elegācia, y se viste de argumẽtos y razones cō algũas galas de antiguedades. Mas cōsidere q̃ vestida de todas sus ropas, q̃ son la efficacia de razones, en q̃ estriba, y la authoridad de los doctores, q̃ la affirmā abultaria, tāto cō su corpulẽcia, q̃ no cabria la materia de toda esta obra en dos grādes tomos. Lo qual fuera causa q̃ por el titulo de perfecta, y galana, q̃ cobrara, perdiera el de prouehosa y se frustrara nuestro intẽto q̃ es mostrar a muchas personas, q̃ sin lũbre de leyes diuinas, ni humanas se metẽ atreuidamẽte en muy espesas tinieblas de cōtratos. Porq̃ no vuiera mercader q̃ arrostrara a lectiō tā larga, especialmẽte q̃ muchas de las causas q̃ se pudierā dar, son difficiles de entẽder a quien carece de philosophia moral, do tienẽ sus principios y fundamentos. Los quales es necessario se prosupongan para entẽder cientificamente las cōclusiones, que van aqui deduzidas. este estylo vemos que tuuo Aristoteles en escreuir la Logica, la primera de las sciencias liberales do se habla a principiantes, enseñando mas por reglas y diuisiones, que por efficaces demōstraciones. Aun la mesma naturaleza de la razō y discurso, enseño mas por preceptos y exẽplos que por razō. Iusgādo sabiamente q̃ hablando cō nouatos en letras ninguna qualidad, mejor podia tener su doctrina q̃ la facilidad y llaneza. Porq̃ ningũa cosa es mas necessaria en qualquiera obra q̃ dexarse entẽder de aquellos a quiẽ se escriue. Para esto es muy justo abreuiarla, estẽderla, atauiarla, o descōponerla cōforme a su ingenio. Por lo qual jusgue por acertado hazer la obra falta, temiẽdo y creo q̃ cō bastante causa que a salir perfecta y vistosa le faltara cō toda su beldad (como dizẽ) la ventura que es mejor. Porq̃ no alcançara el bien que se pretende, ni fuera sabrosa su lection al negociante. Vna sola gala parece, pudiera tener toda nuestra breuedad, que no le diera poca gracia (cōuiene a saber) el primor y elegācia en las palabras, de que en partes tambien carece la obra. Que los de mas vestidos y arreos, de que la desnudamos son tan fastuosos, y de aparato, que a la clara, se entiende auer sido buẽ acuerdo, quitarselos a quiẽ hablaua con gẽte muy occupada, y distrayda en negocios. Mas esta color viua de hablar elegante, no solo, no impedia antes le añidiera (como suele) vna estremada hermosura. Porque no ay hermosura mas deleytable a los ojos, q̃ a las orejas, vna sentencia doctrinal, breue y cortesana en el lenguaje que se dize. Cosa de que se preciauā mucho, los que en Athenas professauā hablar attico. Mas atticamẽte respōdo que no hize lo que sabia, que era estẽderme, porque dañara, ni esto que aprouechara porq̃ no supe. Lo segundo digo que dado se compadesca la elegantia en los terminos, con la breuedad de la doctrina, no se conpadece con la claridad della, ni es facil escreuir prima y claramente toda vna obra, si ha de ser cōpendiosa y breue. Muestra esta verdad con euidencia, lo primero que estas sentencias atticas, y estoicas, q̃ tanto agradan con la composicion de escogidos y exquisitos vocablos son obscuras de entender, aũ a los buenos ingenios, y han menester suplir cō su viueza, y erudicion mucho mas de lo que oyẽ, y a los botos, y tardos es necessaria vna glosa, y exposiciō para enteramẽte percebirlas. Que no se puede negar que si affectaramos hablar en esta obra, cō elegancia fuera menester, por lo menos quitar muchas conjunciones de que agora va llena, mudar los modos en los verbos por la pronunciaciō blanda y suaue del periodo, confiar mucho de la claridad y luz en la doctrina de las comas, cissuras, y puntuaciones que como dixo el otro es vn genero de comento. En lo qual no toda nuestra nacion esta exercitada de mas que dado se diga, y pueda dezir en semejāte estylo la verdad: mas vezes se apunta, y como dizen se da a entẽder q̃ se explique de plano. Todo lo qual mueue a los doctores escholasticos ansi Griegos, como Latinos a escreuir sus materias subtiles, y especulatiuas con palabras vulgares, y comunes siendo, como sabemos facundissimos oradores, teniendo mas cuydado de explicar la verdad puntual que elegantemente. El Philosopho entre Griegos, y Boecio entre Latinos, fueron muy primos, y eruditos en su lengua, mas en doctrina escholastica vsaron a las vezes de vocablos asperos, y algo rusticos porque explicauā mejor alguna propriedad natural. En lo qual les imitarō nuestros Theologos Alberto magno, Ricardo. S. Thomas. S. Buenauẽtura, de quien no se duda auer sido excellentes Latinos. Lo tercero y vltimo digo que esta conyuncion, y mixtura de breuedad y elegācia agrada mucho en vna sola sentencia, o respuesta presta y aguda mas en vna obra larga, como esta enfadaria. Por lo mucho que se periudicaria a la claridad: condicion de mayor entidad. Esto entiendẽ bien los que algo entiendẽ de buena doctrina, solo ladra sin cessar vn genero de gente intollerable, que jamas puso pie fuera de Gramatica cuyo principal intento en genero de letras es parecer leydos no serlo. Tan enamorados de buenas palabras que por encaxar en vna razō dos buenos terminos, o hazer la sentencia rodada, cortarā por medio vna verdad substancial, o la explicaran confusamente. El mesmo texto Euāgelico les enfada con ser catholicos por faltarle la facundia Ciceroniana. Deste numero erā. S. Augustin antes de su conuersion, y. S. Hieronymo estādo en el iermo segun ellos de si confiessan que no leyan con gusto sino a Platon, a Virgilio, Ouidio, y Homero, tanto que fue menester hostigassen, y aun castigassen los angeles a Hieronymo para que como en penitencia del delicto passado prometiesse darse a la lection de la sancta escriptura do tanto despues aprouecho. A estos suelo yo comparar a vnos mancebos solteros de tan desenfrenado apetito, y corrupto juyzio, que solamente se enamorā de la beldad y loçania de vna muger, los de mas dotes y virtudes con ser muy amables sin vn buen rostro, y donaire no los estiman. Mas el varon cuerdo mucho mas, caso haze conforme a la escriptura de su castidad, prudencia, y subiection, que de qualquier proporciō apuesta de miembros corporal. Nasce esta differencia de que los moços gente viciosa mirā con ojos de afficionado, el virtuoso con ojos de marido. Ansi estos doctos segun su estima de muchas qualidades, y gracias de summo deleyte, y de porte que tiene la sabiduria y verdad, echan siẽpre mano de la que le es mas accidental, y a las vezes artificial y postiza (conuiene a saber) del primor y elegancia en las palabras, con que se explica y enseña. Tienen la como amiga por pocos dias cōpuesta y loçana. Mas los verdaderos philosophos casanse con ella imitando a Salomon, y tomanla por eterna e indisoluble compañera, ansi miran principalmente su buen natural, y condicion, las galas, atauios y arreos ellos se los dā y se los quitan quando quieren, y como es menester. Deurian enmudescer estos verbosos, con lo que dize Cicerō cuya disciplina professan, y cuya eloquencia jamas acabā de exagerar, que hablando de lo que a menester, vn philosopho dize, nunca pedi en mi vida al philosopho fuesse facũdo, si a caso lo es huelgome, pero si le falta, no lo estimo por esto en menos. Mas dexados estos a vna parte, como a incurables en su dolencia, digo quanto a la composicion, y diuisiō de toda la obra, que como mi intento principal es instruyr cumplidamẽte a vn mercader, en todo lo que con su ingenio puede entender por reglas, no se pudo escusar, ninguna destas quatro partes que tiene. Porque viuen tan mesclados en sus contratos, mercaderes, cambiadores, que no basta ya al mercader caudaloso, mercar y vender, sino tambien cambiar para hallar en todas partes dineros de que tiene summa necessidad. Y en todo ello se mezclan tantas vsuras de todas suertes manifiestas, y dissimuladas, que conuino dar vna perfecta noticia de todos estos contratos, esto es de ventas, compras, cambios, y vsuras, al mercader y tratante, para que supiesse el camino derecho de su arte, y euitasse y declinasse los passos peligrosos della. Y como la medicina no se contenta con conseruar la salud, sino mostrar juntamente a cobrarla ya perdida, an si es necessario mostrar como se restituyra en su fuerça y vigor la consciencia del tratante, que enfermare en la execucion destos negocios, con dos mill excessos que suelen cometerse. La enfeamedad corporal consiste en la desproporcion de los humores, la espiritual en la trāsgression, y quebrantamiento de la justicia, y en vn agrauiar al proximo con quien se trata, cuya medicina vnica es la restitucion. Por lo qual fue menester escriuiessemos el vltimo tratado della, para que no solo tuuiesse vn buen regimiento de salud en estos opusculos, sino tambien vna receuta de los xaraues, y purga que ha de tomar para salir de enfermedad quando en ella caiere. Y porque primero segun razon, se ha de entender la naturaleza de vn contrato y su equidad que el mal y defectos que suele a las vezes tener, fue conuenible orden, que el primero fuesse de mercaderes, y el segundo de cambios, do se muestra a tratar seguramente, y luego se siguiesse el de vsuras, do se descubren los vicios que se cometem, y en lo vltimo dc restitucion, que es la destruicion de ellos y la correction, y el emendarse de los cometidos.