De lo qual no debemos maravillarnos; por q̃ esta dificultad apretô de suerte à S. Agust. p{ D. August. de civit. Dei, lib. 16. cap. 9. vbi Lud. Vives in notis, & Ego d. c. 9. nu. 20. }q̃ quiso mas afirmar ser impossible, q̃ estas partes Australes fuessen habitadas de hōbres, i negar, como negô, q̃ huviesse Antipodas, q̃ confessar (oprimido de tan apretado argumento) que en alguna parte del mundo se pudiessen hallar hombres, que no descendiessen de Adan. I esto, por tener por absurdo el gran Santo, q̃ algunos de sus descendientes pudiesse aver passado a ellas, atravesando la inmensidad del Oceano, i no teniendo, en aquellos rudimentos del mundo, modo, ni arte para poder navegarle, ni conocimiento de la piedra iman, i aguja de màrear, como luego diremos. q{ Infrà hoc lib. cap. seq. }