CAPIT. V. Del origen de las gentes, que se hallaron en las Regiones del Nuevo Orbe, i como, i por donde se entiende, que pudieron paßar à poblarlas. VArias, i aũ desvariadas opiniones tuvierō los Filosofos Gentiles cerca de la primera creaciō i propagaciō de los hombres. a{ Plutarc. 12. Placit. Philos. ca. 18. Lucret. Ovid. Lactan. Censorin & alij apud Lipsiũ in Phisiolog. lib. 3. c. 4. & apud Me 1. tom. lib. 1. cap. 9. ex n. 1. }Pero entre los que por la misericordia de Dios, professamos su Fè Catolica, tan cierto es como sabido, que todos los que se hallan, i hallarẽ en qualquier parte del Orbe, traen su origen, i descendencia de nuestro primer Padre Adan, à quien Dios criò, i formò del polvo de la tierra, i aun tomandole, segun algunos dizen, b{ D. Cyprian. lib. de Monte Sion, D. Aug. tract. 9. in Ioā q. 10. Ego d. c. 9. n. 6. } de todas las quatro partes de ella, para q̃ fuesse origẽ de quātos en ellas naciessen, i dueño de quanto en las mesmas se criàsse, i produxesse. c{ Gen. 2. Sap. 10. Eccles. 17. Act. c. 17. v. 26 } I teniendo esto por assentado, i de Fè, el gran Agustino, d{ Lib. 16. de civit. Dei c. 8. in fine. }tratando de lo que algunos Autores escriven de gentes monstruosas, saca por conclusion, que si se hallan tales, ò no serā hombres, ò si lo son, es forçoso, que sean descendientes de Adan. El qual hizo la primera division del Mũdo entre sus hijos, que le poblaron en varias partes, e{ Ioseph lib. 1 antiq ca. 2. D. Aug. lib. 15. de civit Dei e. 8. Genebrard. 1. Chronog. Opmeer. in Chronogr. pag. 7. & alij apud Possevin. in Bibl. t. 2. lib. 15. c. 19 } multiplicando lo que se sabe. I aun q̃ despues los castigô Dios por sus pecados, con el diluvio universal, fuera de Noe, i su muger, i sus hijos Sem, Cham, i Iaphet con las suyas, i los animales, que por su mandado se encerraron, i salvaron en el arca. f{ Genes. 9. }I èl, quedando como por segundo Padre del genero humano, q̃ dèl i los suyos se fue propagando, hizo otras, i otras divisiones, i poblaciones. g{ Genes. d. c. Beros. Ioann. Ann. Arias Montan. in Proleg. Mariana Opmeer Torniel. & plures alij apud Me, d. lib. 1. c. 9. ex num. 9. }Por lo qual aun los Gentiles le celebrarō i veneraron mucho debaxo del nōbre de Iano, llamandole padre de todos los Dioses mayores, i menores, i tambien Consuvio de la palabra Latina Consero, q̃ es sembrar, por la propagacion que hizo en el mundo, h{ Beros. lib. 2 Macrob. post Cicer. 1. Saturn. c. 9. opmeerus, & alij sup. relati, & à me adducti d. c. 9. n. 11. }toda via à Adan debemos reconocer, i reconocemos por Protoplasto, i tronco, de cuyas ramas nos derivamos. I supuesto que no se sabe q̃ ninguno de sus descendiẽtes, ni de los de Noe, saliesse ni poblasse fuera de las tres partes, que antiguamente eran conocidas en el Orbe; conviene à saber Assia, Africa, i Europa, como expressamente lo enseña san Geronimo, i otros Autores. i{ D. Hieron. Montan. in Phaleg. & alij apud Torniel. an. mund. 1931 n. 45. pag. 230. }Cō razon se ha puesto en duda, de quiẽ diremos que descienden estos Indios Australes, i Occidentales, de que hallamos tan pobladas todas las islas, i tierra firme del Nuevo Orbe? i quando, como, i por donde pudieron passar a ellas, estando como estàn divididas de las otras casi con todo el Oceano, i pareciendo que totalmente fueron ignoradas por los Antiguos? Porque como dize bien Ioseph de Acosta, k{ Ioseph Acosta de nat. novus Orbis, lib. 1. c. 16. }ni podemos pensar, q̃ passô a ellas el arca de Noe, ni que algũ Angel traxesse por el aire los progenitores de estas gẽtes, como al Profeta Habacuch desde Palestina à Babilonia; l{ Danielis c. 14. vers. 35. }por q̃ no preguntamos lo q̃ Dios pudo hazer, sino que se puede entẽder que hizo, segun el orden, i razon de las cosas humanas. I tāpoco se puede dezir, q̃ estos Indios quedassen salvos en aquel grā diluvio de Noe, si es q̃ yà entōces auian passado à poblar en estas Provincias. Por q̃ esto repugnaria à la sagrada Escritura, q̃ nos enseña, m{ Genes. 7. Berosus lib. 1. Philo. de vita Moysis lib. 2. Ioseph. libr. 1. antiq. c. 3. }q̃ pereciò en èl todo el genero humano, exceptos los de la Arca, y q̃ las aguas prevalecierō mucho sobre toda la tierra, i cubrierō quantos montes avia debaxo del cielo. I assi estas universales tātas vezes repetidas, muestran, q̃ tambien se estendio al Nuevo Orbe, como en particular lo afirman algunos Autores que dèl escriben, añadiendo, que aun entre sus Barbaros moradores se hallaron de esto en algunas partes algunas noticias. n{ Zarate, & Gomara in histor. Perú, Acosta de nat. novi orb. lib. 1 c. 25. & in hist. Ind. lib. 6. cap. 19. Herrera, Iust. Lipsius, Cami. Borrel. & alij apud Me, d. lib. 1. c. 9. num. 17. & seqq. } Por las quales razones, dizen con mucha, los doctos Padres Ioseph de Acosta, i Iuā de Pineda, o{ d. lib. 1. c. 24 Pineda de reb. Salom. lib. 4. c. 16. §. 4. } q̃ eneste punto de averiguar cō certeza el origen de los Indios, mas facil es reprobar opiniones agenas, que proponer alguna propria que satisfaga. I esto se manifiesta mas, leyendo el libro, que en nuestra lengua vulgar, aunque no con vulgar erudicion, ha escrito de solo este argumento el Padre Fr. Gregorio Garcia Dominicano, intitulado, Origẽ de los Indios, dōde despues de aver trabajado mucho en referir i apoyar doze diversas opiniones, viene à reprobarlas, i à resolver, q̃ ninguna de ellas se puede admitir, i dexa el articulo en mayor duda. De lo qual no debemos maravillarnos; por q̃ esta dificultad apretô de suerte à S. Agust. p{ D. August. de civit. Dei, lib. 16. cap. 9. vbi Lud. Vives in notis, & Ego d. c. 9. nu. 20. }q̃ quiso mas afirmar ser impossible, q̃ estas partes Australes fuessen habitadas de hōbres, i negar, como negô, q̃ huviesse Antipodas, q̃ confessar (oprimido de tan apretado argumento) que en alguna parte del mundo se pudiessen hallar hombres, que no descendiessen de Adan. I esto, por tener por absurdo el gran Santo, q̃ algunos de sus descendientes pudiesse aver passado a ellas, atravesando la inmensidad del Oceano, i no teniendo, en aquellos rudimentos del mundo, modo, ni arte para poder navegarle, ni conocimiento de la piedra iman, i aguja de màrear, como luego diremos. q{ Infrà hoc lib. cap. seq. } I no medraremos mas en la extricacion de este laberinto, si pidieremos algun hilo para salir bien dèl, à los mesmos Indios, preguntandoles lo que entienden de su propagacion, i quienes fueron, ò de donde vinieron sus primeros Autores. Porque como ni tenian letras, ni otras formas en q̃ poder conservar tan antiguas memorias, excepto vnas pinturas de que usaban los Mexicanos, i unos nudos en hilos ò cordeles los Peruanos, q̃ en su lengua llaman Quipos, que apenas bastaban a conseruar, aun confusas, las de quatrocientos años, r{ Acosta d. lib. 1. c. 25. & in histor. Ind. lib. 1. c. 24. & lib r. 6. ex c. 2. ad 9. Roman. Torquem. Hẽrico Martinez Garcil. & plures alij apud Me, d. lib. 1. c. 9. nu. 21. & 31. }es cosa de admiracion, quan varias, fabulosas, i ridiculas son las noticias, ò tradiciones, q̃ todos en todas partes dan, ò fingen de sus origenes. I los mas entendidos se reducẽ à pensar, que fueron criados, i nacidos ellos i sus passados, en el Orbe que habitan, ô que fueron hijos del Sol, ò salieron del mar, ò de ciertas cuevas, lagunas, fuentes, ò peñas que señalan, como se podrā ver mas latamente en los que refieren en particular sus historias. s{ Acosta d. c. 25. & lib. 6. histor. Ind. c. 19. & lib. 7. cap. 2. Herrer. Gregor. Garcia, Gomara, Zieza, Botero, & plures alij apud Me, d. lib. 1 cap. 9. n. 21. Torquem. in Monarch. Ind. lib. 1. c. 11. & 12. Remesal. in hist. Guatem. lib. 1. ex c. 3. } Lo qual no es de maravillar en gente tan barbara, pues en los Romanos, i otras Naciones, que veneramos por entendidas, huvo los mesmos, ò semejantes errores, de que escuso hazer relacion, pues yà se halla recopilada por otros mas graves Autores. t{ Ovid. 1. & 9. Metham. Herod. lib. 7. latè D. August. & Vives ad eum, lib. 18. de ciuitat. Dei, c. 10. Cicer. Strab. Nat. Comes Rhodiginus & plurimi alij apud Me, d c. 9. & n. 22. ad 31. }I la mesma disculpa dà Cornelio Tacito, en el principio de la vida de Agricola, à la incertidumbre del Origẽ de los Britanos. I Estrabon, à quantas historias refirieron los Indios Orientales de siglos antiguos, afirmando, que ellos, i todos sus Escritores, por la mayor parte son mentirosos. v{ Strabo. lib. 1. quem refert in terminis Puente in conven. Monarch. lib. 3. c. 2. Ego d. c. 9. ex n. 22. ad 32. } I si los Sacerdotes de los Egipcios hazian burla de los Griegos, i i los llamabā niños, como en su Timeo lo refiere Platon, por dezir q̃ ignorabā las historias, i cosas antiguas, no es mucho las ignorẽ estos Indios, cuyos Propagadores debieron de ser tan incultos i barbaros como ellos, segun lo conjetura el Padre Acosta. x{ d. lib. 1. de nat. novi Orb. cap. 24. & 25. Ego. d. c. 9. nu. 34. & 35. }I quando huviessen salido de algunas ciudades, ò Republicas del Orbe antiguo, bien entendidas, i concertadas, primero q̃ llegassen à estas, tan distantes del Nueuo, traerian olvidado lo mas, i despues el tiẽpo les borraria lo q̃ restaba, dexādo à sus descendientes casi sin rastro de discurso de hōbres, i solo con el aspecto i figura de tales, como los hallamos en las mas partes: i se ven oy, aun en algunas de España, i Italia, que parecen salvajes. I en menos distancia de tiempo lo experimẽtamos, en los que procedieron de aquellos antiguos Españoles, que huyendo la invasion de los Moros, se escondieron en el valle que llaman de las Batuecas, que està cercado de las altas serranias, i montes de la peña de Francia, donde estuvieron escondidos cerca de ochocientos años, en continuadas generaciones, sin saber yà los ultimos, como vinierō alli los primeros, ni que huviesse mas mundo, ni retener sino unas pequeñas vislumbres de Christiandad, hasta que à caso fueron descubiertos en nuestro siglo, i traĩdos à mejor vida, por el Duque de Alva, andādo por aquellos montes à caça, como lo refiere el insigne, i nunca dignamente laureado i premiado Poeta Lope de Vega Carpio, unico Fenix de España, i admiracion i portento del Orbe, por las muchas Comedias, i otras obras q̃ cōpuso, en una q̃ hizo de este descubrimiento, i aplicandolo al intento de que tratamos, el no menos digno de alabāça Docto Padre Maestro Fr. Basilio Ponce de Leon. y{ Basil. Pont. 1. pat. variar. disp. q. 6. exposit. c. 1. novissimè Fr. Greg. Garc. Domin. qui alios casus similes refert, en su tratado de la Predicaciō en el Nueuo mũdo, lib. 1. c. 4. tol. 20. Ego d. c. 9. nu. 36. } Por mas desatinada, que las tradiciones de los Indios, i aun peor, por que juntamente es erronea, se debe tener i cẽsurar la de algunos z{ Referteos Borrel. de præstan. Reg. Cathol. c. 43. nu. 3. Ego d. c. 9. num. 37. } que han intentado dezir, que por ventura se engendrarian los primeros pobladores de estas provincias, de la tierra, ô alguna putrefaciō de ella, ayuda del calor del Sol, movidos de la dotrina de Auicena, que sintio, que esto era possible, la qual, por lo menos en quanto à la formacion del cuerpo, procura defender nervosamente Andres Cesalpino. a{ Auizena apud Cesalpin. lib. 1. peripat. quæst. q. 1. Ego d. c. 9. n. 37. }Pero està reprobada con razon por graves Theologos i Filosofos, b{ Averroes, & alij, quos referunt Conimbricẽ. in 2. de cœlo, c. 3. q. 6. ar. 3. & 4. Borrel. vbi supr. Ego d. c. 9. ex n. 37. }los quales cōvienen, en que de la putrefacion pueden criarse animales, que llaman imperfectos, ò insectos, como moscas, gusanos, ranas, ratones, i otros de este genero, segũ lo enseña Aristoteles, i otros Autores, c{ Arist. lib. 1. de hist. anim. c. 1. & 19. & alij apud Maiol. 1. to. colloq. 5. de insectis. }Pero no los perfectos, especialmente el hombre, q̃ es perfectissimo, i en quiẽ es de fè, que para que pueda tener i merecer nombre de tal, ha de proceder del semen prolifico de sus padres, i derivarse del que lo fue de todos Adan. d{ Abulens. parad. 1. c. 36. Macrob. Mariana, Delrius, & alij apud Me, d. c. 9. ex n. 38. Lipsius in Phisiolog. lib. 3. c. 6. & 7. } Reprobando juntamente, por la mesma causa, otra impia, i heretica opinion de Arnaldo de Villanueva, i sus sequazes, e{ Iul. Camil. & Garzon en su plaza univers. discurs. 4. & alij quos refero d. c. 9. n. 41 }que se atrevieron à afirmar, que por arte Chimica se podia producir, i formar un hombre verdadero, i aun se pusieron à intentarlo, cogiendo semen humano, i metiendolo en un vaso con ciertos medicamentos simples. Como ni tāpoco se podra criar, ni formar por arte Magica demoniaca, ni por ayuntamiento, ò conmixtion cō ximias, cabras, vacas, perras, ô otros animales, segun la mas verdadera opinion, que citando à otros muchos, defiende nuestro insigne I. C. Alonso Carrāça. f{ Carranç. de partu humano cap. 17. ex nu. 91. & alij plures quos refero d. c. 9. n. 42. } Mas parece que se llegan à la razon, i verdad, los que dizen, g{ Gorop. Becanus, Barrer. Maluéd. Gre. Garc. Pineda, Torniell. Aldrete, & alij plures apud Me, d. c. 9. n. 44 }que los primeros habitadores de estas Provincias passarian à ellas cō naves fabricadas para este intento, como aora lo hazemos los Españoles, i lo hā hecho siempre los q̃ han pretendido mudarse de unas Regiones à otras transmarinas. h{ Tacit demo rib. germ. Ego d. c. 9. n. 44. }O que quando no intentassen passar à el de proposito, pudo ser, q̃ navegādo para sus comercios, ò otros fines, à Provincias vezinas, se derrotassen con tormentas, i arrojados por el Oceano, arribassen à alguna de las de estas Indias, i de alli poco à poco fuessen poblando las otras: la qual opiniō tiene por provable el Padre Acosta, i la siguen muchos Autores. i{ P. Ioseph de Acost. de nat. Novi Orb. ex cap. 16. ad 20. Gre. Garc. de Ind. orig. lib. 1 ex cap. 1. ad 4. & plures alij quos refero d. c. 9. ex n. 44. ad 48. }I se puede cōfirmar cō varios exemplos de largas navegaciones, q̃ en siglos passados hizierō algunos Antiguos, assi meditadas, como fortuitas, que refieren los que la siguen. Entre los quales, no quiero passar en silencio, el q̃ traen Gomara, i otros k{ Gomar. 1. p. hist. Ind. c. 53. Maluenda de Antich. lib. 3. c. 25. Puente in Monarch. li. 3. c. 3. Ego, d. c. 9. n. 46. }(aun q̃ no sè cō quanta certeza) de los Españoles, q̃ huyendo de la guerra, i servidumbre de los Moros en tiẽpo del Rey D. Rodrigo, se embarcarō en el Oceano, i aportarō à las Provincias de Cozumel, i Iucatā, i viviendo, i muriẽdo en ellas, pusierō sobre sus sepulturas, i en otras partes muchas Cruzes, i se las enseñaron à reverẽciar à los Indios: las quales se hallarō alli por los nuestros, quādo se descubrieron estas Provincias. I à lo mesmo mira la otra historia de la Isla q̃ llaman de las Siete Ciudades, q̃ los Portugueses, i otros hā buscado tantas vezes en vano, por aver oido dezir, q̃ siete Obispos, i mucha gẽte de España cō ellos, huyẽdo en la mesma ocasiō, la hallarō à caso, i poblaron en ella aquellas siete ciudades, señalādo à cada Obispo la suya por Catedral, como lo refierẽ Antonio de Herrera, i Iuliā del Castillo, l{ Ant. Herrer. dec. 1. libr. 1. c. 2. in fin. Castii. in histor. Reg. Goth. libr. 2. disc. 2. pag. 74. }aun q̃ este ultimo añade, que estas Islas son invisibles, i se llaman Antilias, i yo lo tengo por fabuloso. Pero sin embargo de lo referido, no puedo conformarme con esta opinion, como ni lo hazẽ Acosta, i Herrera. m{ Dict. lib. 1. c. 25. Herre. d. lib. 1. c. 9. Ego, d. c. 9. n. 48. }Porque no es creible lo primero, de aver navegado de proposito à Regiones tan distantes, de que entonces no se tenia noticia, ni tampoco del Arte de navegar tan inmenso pielago, como queda apũtado. I lo que es averlas hallado à caso, aportando à ellas derrotados, i naufragantes, aunque parece mas verosimil, se dificulta, porque en tales ocasiones, i embarcaciones, no parece pudieron passar tantos hombres, i mugeres, que bastassen à propagar los innumerables que oy las habitan. I quando aun esto se vença, no podemos creer, ni conceder, que tambien passassen en las mesmas naves, los muchos, i diferentes animales, que assimesmo se hallaron en estas Provincias, no solo domesticos, i utiles para el servicio delos hombres, sino fieros, i nocivos à ellos, como son leones, tigres, panteras, lobos, ossos, çorras, i otros semejantes; los quales no es creible q̃ embarcassen, i traxessen consigo los derrotados. I es llano, que siendo de los que en su genero llaman Perfectos, les avemos de buscar el origen de su passaje, i propagacion, como à los hōbres, i mugeres, pues igualmẽte perecieron todos en el diluvio, excepto los que Noe por orden divino recogio, i encerrò consigo en el Arca. n{ Gen. 7. & 8. Ego latius d. c. 9. n. 40. & 49. } La qual dificultad movio el grāde Agustino, o{ D. Aug. li. 16 de civ. Dei c. 7. & Vives in notis ad eũ }aũ hablando de los animales, q̃ despues del diluvio se hallarō en Islas no tā distantes como estas de q̃ tratamos, i nũca acabô de salir de ella, como ni Luis Vives su Comentador, ni Fr. Gregorio Garcia, aun q̃ lo procura por once §§. Cōcluyendo, p{ Fr Gre. Garcia d. tract. de Ind. orig. lib. z. ca. 4. per 11. §§. }q̃ ò seriā passados à estas Regiones por ministerio de Angeles, como quādo fuerō traidos à la presencia, i cōspecto de Adā, para q̃ les pusiesse los nōbres que les quadrassen, ò que mandaria Dios à la tierra, q̃ los criàsse i produxesse de nuevo, como lo hizo antes del diluvio. q{ Gen. 1. 24. & est de mente D. Augus. ubi sup & aliorum plurium apud Me, d. ca. 9. ex num. 51. }Evasiones poco ajustadas al caso, en q̃, como se ha dicho, no buscamos lo q̃ se pudo hazer por milagro; el qual si Dios pretẽdiera obrar, no necesitava de las prevenciones tan particulares del Arca, como advertidamente, reprobando esta opinion, lo dizen Acosta, i Tornielo. r{ Acost d. lib. 1. cap. 25. Torniel. in annal. sacris an. mundi 1931. n. 49. Ego, d e. 9. nu. 52. & 53. } Por cuya causa ay otros, q̃ movidos por tā diversas como inciertas conjeturas, quierẽ que los primeros habitadores ayan sido Fenicios, Cartagineses, Romanos, o Italianos, que fueron embiādo Colonias à estas Provincias, i tuvierō ya de tiempo antiguo alguna pericia en el navegar. s{ Greg. Gare. de Ind. origi. lib. 2. per tot recolit Pined. & alij apud Me, d. c. 9 n 55 } Otros dizen, q̃ pudierō passar à ellas desde aquella Isla Atlātica, q̃ refiere Platon en su Timeo, i en esta opinion està muy firme Iusto Lipsio; t{ Lipsius in Physiolog. li. 2. c. 19. & lib. 1 de const. c. 16. Gomara, Zarate, Salazar, & alij apud Me, d. c 9. n 56. }siendo assi, q̃ los que mejor sienten, tienẽ esta Isla, i toda la narracion de Platon por patraña, como ya arriba lo dexo apũtado. u{ Ego sup. c. 2 & rursus d. c. 9 n. 56. in fine. } Otros, por parecerles, q̃ en esto favorecen mas à nuestra España, quieren persuadirse, ò persuadir, q̃ desciẽdẽ de Tubal hijo de Iaphet, nieto de Noe, q̃ despues de averla poblado, como tenia por vezino el Oceano, pudo ser, que embiàsse à reconocer i poblar las Provincias que despues del avemos hallado, de que su padre, ò abuelo le darian alguna noticia. x{ Maluend. li. 3. de Anti. h. cap. 18. inf. alij apud Me, d. c. 9. n. 57. & 58. } Otros dizen, que ya que Tubal no intentasse este descubrimiento, le intentaria Hespero, que fue el duodecimo Rey de nuestra España. I que por esso se llamaron Hesperides las Islas, que oy dezimos de Barlovẽto; las quales pobladas, fue facil el transito à las demas Islas, i Provincias de Tierrafirme, q̃ despues de ellas se descubrieron. I de aqui sacā, cō quāta providẽcia dispuso Dios, q̃ bolviessen a los Reyes sus sucessores, passados ya mas de 3280. años, q̃ el las avia ocupado, i poblado. y{ Ovied. lib. 2 hist. Ind. ca. 3. Garcia d libr. 4. ca. 17. & 18. Aldrete de antiq Hisp. libr. 4. c. 17. in fine, Ego d. c. 9. nu. 19. & seqq. } Otros, mas comunmente, los hazen descendiẽtes de iudios, a quienes pruevan parecerse mucho en el traje, condicion, i costumbres, i en algunas ceremonias, i vocablos, que los imitan; i que los primeros seriā de aquellas diez Tribus, que en tiempo de Oseas Rey de Israel, cautivô Salmanasar Rey de los Asrios, i las trasplantô en Regiones nuevas, i tan remotas, que segun se lee en el libro de Esdras, z{ Reg. 4. c. 17. & 18. Esdras libro 4. c. 13. }nunca en ellas avia habitado el linage humano, i distavan mas de año i medio de camino, cosas que parece se adaptan mucho à nuestro Orbe Nuevo, i en que insiste mucho Genebrardo, i otros, admirādose de que todos no ayan caido en esto, i lo sigan. a{ Genebr. lib. 1. Chronogra. pag. 159. Isid. de Isolanis, Lũnius. Chiapa, Maluenda, Garcia, Borrel. & alij apud Me, d. ca. 9. ex nu. 67. } Pero mas digno de admirar es, que varones tan grandes tengan por infalible, lo que es tan dudoso. I no reparen en la poca fè que tiene aquel libro de Esdras. I que es mas cierto, que los Iudios de aquellas doze Tribus estan oy en el mesmo cautiverio que antes, i lo han de estar hasta los fines del mundo, en que por el Eufrates buelvan à entrar en la tierra de donde salieron. b{ Ioseph. lib. 11. antiq. c. 5. & lib. 9. ca. 16. D. Hieron. Oresius, Pomarius, Barradas, & alij apud Me, d. c. 9. n. 72 }Fuera de que aun no señalan por donde, ni como passarō, ô navegarō estas Tribus al Nuevo Orbe. Siendo dificultosissimo, que desde donde estavan lo pudiessen hazer, segun la evidencia Cosmografica de Tornielo, c{ Torniell. in Annal. sacris, to. 2. an. 3314. n. 11. pag. 180. Acost. Maluẽ. Torq. Roman. Boter. Puent. Freitas, & plures alij apud Me, d. c. 9. n. 71. }que por estos, i otros argumentos sea parta de esta opinion, como tambien lo han hecho otros Escritores de grā renombre. Los quales con mayor razō reprovaràn otra, que intentò un grā Iurisconsulto, pero poco versado en divinas, i humanas letras, i seguido de otro, que no alcançava mas de ellas. d{ Doct. Ruiz Bejaran. in allegatio. de los Yanaconas del Peru, quem refert, & sequit. D. Carrasc. ad leges Recopil. c. 6. §. 3. n. 4. pagi. 65. refutati per Me, d. c. 9. n. 75. }Diziendo, que estos Indios traen su origẽ de Isaachar, quinto hijo de Iacob, i su Tribu; solo fundados, en que la bendicion, que à este le echò su Padre, parece q̃ conviene à la tierra fertil, q̃ habitan, i servidũbre, q̃ en ella padecẽ. Esto es lo que en punto tan incierto, i dificil se dize por otros; lo que Yo puedo dezir en el, es, q̃ pudo ser todo: pero q̃ aviendo de adivinar, siempre he tenido por mas provable la opinion de los que enseñan, e{ Acost. d. lib. 1. de nat. Nov. Orb. ca. 20. & 24. Boter. Montan. Tornielo, Maluend. Herrero, Lorin. & plures alij apud Me, d. lib. 1. cap. 10. n. 5. Greg. Garcia lib. 4. cap. 1. & seqq. novissimè Calancha in hist. Peru, lib. 1. cap. 7. & Christop. Bessol. in dissert. de Orb. Novo nu. 13. & sẽqq. pag. mihi 40. ubi alios allegat, & Lipsius dissert. 19. }q̃ este Nuevo Orbe està sin duda, por algunas partes, que aun oy no avemos descubierto, contiguo, ò tan vezino con el Antiguo, que por ellas fue facil, i pronto, q̃ passassen à el por tierra, ò à nado, ò en embarcaciones pequeñas, de corta distancia, los primeros habitadores, i los muchos, i varios animales perfectos de que le hallamos poblado. Porque Dios con su infinita providẽcia ha dispuesto el Mũdo de suerte, q̃ sus quatro partes, aunque por algunas se hallẽ divididas, i cortadas del mar, por otras, ò se jũtẽ, ò se puedā comunicar cō breves estrechos. I siẽpre, cerca del continẽte, colocô Islas, que sirviessen como de gradas, para que todo pudiesse ser andado, i habitado del genero humano. f{ D. Augus. de mirab. Script. lib. 1. c. 7. Maiol. 1. to. colloq. 10. p. 266. & colloq. 14. pag. 334. }Assi lo muestra el que llamamos de Gibraltar, el Arabico, el Panamẽse, el Thracio, i Cymerico, el de Anian, i otros, que nos descubren i delinean las tablas Cosmograficas. I por las mesmas, i por lo que escriven Autores muy entendidos de estas materias, g{ Relati supr. lit. e. plurimi apud Me, d. c. 10. ex n. 22. noviss. Calanc. d. 7. & Besol. sup. }se sabe, que àzia el Polo Artico, corriendo por lo Septentrional de la Florida, i tierra, que llaman del Labrador, se viene à dar con Groelādia, i Estotilādia: i por el Cabo Mendocino, i Estrecho de Aniā, se avezinā mucho algunas Provincias del Nuevo Orbe, cō las q̃ habitan los Tartaros, i Chinas, i otras de la India Oriental, por donde pudierō tener passo franco para poblarle. h{ Genebrard. Pet. Planc. & alij apud Gre. Garc. supr. & apud Me, n. 25. Calancha qui huic propagationi multum defert, d. c. 7. } Por el Polo Antartico, ô del Sur, no se sabe hasta dōde corre la tierra, que llamā de Patagones, i Estrecho de Magallanes; pero tienese por cierto, q̃ por frias que seā estas Regiones, se han de hallar pobladas, i cōtinuadas, como las que caen en el otro, debaxo de la frigida Zona. I por aqui dizẽ Henrico Martinez, Ortelio, i otros, i{ Martinez in Geograph. Ortel. tab. 1. Ego d. c. 10. ex n. 26 Calanch. d. c. 7 }quese jũtan cō la Nueva Guinea, i Islas de Salomō, fronterizas del Peru, i Reino de Chile. Por manera, q̃ allanado el trāsito, no fue dificultosa la poblacion, i propagacion, por que de esta mesma forma fue cundiendo por lo restante del Mundo, la de los descendientes de Noe, i se hā hecho en el tantas, i tan grādes, i varias mudanças, ò transmigraciones de hōbres, como leemos. k{ Tertull. de pal. Vvolfarg. Lazius de varijs gent. migrat. Montan. in Phaleg. in. numeri apud Me, d. c. 10. ex n. 13. ad 22. & Bessol. ubi supr. ex n. 15. ubi ait, linguá Americanā nescio quid Cymbricum, aut Theutonicúm sonari. } I si esta comẽçô el año de 1931. despues de la creaciō del Mundo, i 274. años despues del diluvio, por los hijos i descendiẽtes de Iaphet, tercero hijo de Noe, segun la computacion de Tornielo, l{ Torniel. in Annal. sacris, 1. to. an. 1931. n. 47. pa. 293. }bien pudo aver multiplicado lo mucho q̃ experimentamos; pues segun otra del mesmo Autor, m{ Idẽ Torniellus an. 2329. n. 19. pag. 394. }solo un par de casados en 210. años puede procrear naturalmente mas de un millō seiscientos i quarenta i siete mil i ochẽta i seis descendientes. I estos de nuestras Indias, se tiene por lo mas cierto, n{ Plures apud Me, d. c. 10. n. 30. & seqq. Calanch. supr. & Beflold. n. 15. pag. 43. }que se originaron por mayor parte de los de la Oriental, ô de alguna redundācia de Chinas, i Tartaros; i assi Arias Montàno los llama Ophiritas. o{ Arias Mont. in Phaleg. }I quiere, que desciendan de los dos hijos de Iectan, Ophir, i Hevila, que fueron los pobladores de ella. I de verdad es mucha la semejança, que ay entre los de ambas Indias, en talles, condiciones, ritos, i costumbres, i especialmente en el color de membrillo cocho, como lo cōsideran otros, p{ Greg. Gar. lib. 4. c. 1. & 23 D. Madera de Excellẽ. Hilp. c. 8. pag 70. Boter. in relat. li. 1. pa. 345. Ego, sup. n. 33. & sequen lib. }dādo las causas del, i del de los Negros, i su cabello crespo; pero haziendolos à unos, i otros descendientes de Cham, hijo de Noe, i que por aver incurrido en la maldicion que el les echô, quando descubrio su embriaguez, q{ Gen. 10. Paral. 1. }padecen este, i otros trabajos, i servidumbres, i se hā quedado por la mayor parte de mediana estatura. Aunque ay muchos, que escriven, r{ Vespuc. Pigafeta, Cardano, Acost. Herrer. Torquem. & alij apud Me, d. c. 10. n. 54. }que en algunas Regiones de unas, i otras Indias se hā hallado, i aun se hallan oy gigantes de portẽtosa grandeza, en que no me detẽgo, porque ni importa para mi intento, ni permite, que me alargue mas lo dilatado de este capitulo. I en los Latinos s{ Ego, d. c. 10. n. 54. plures referẽs, & de Indis Orientalibus c. 2. ex nu. 11. }lo hago, poniendo exemplos de admiracion en este particular, assi de las Indias Occidẽtales, como de las Orientales. i muchos mas trae t{ Ioseph Pellicer in lect. ad Gongorā col. 50. & 214. & seqq. }, citando los mios, dō Iosef Pellizer, refutando à Alonso Carrança, u{ Carrança de partu humano c. 17. ex nu. 49. ad 58. }que quiere provar, que nunca huvo gigātes.