CAP. VI. Si se tuvo alguna noticia de este Nuevo Orbe, antes q̃ los Castellanos le descubrießen. I si es prouable, q̃ fueße el Ophir adonde la sagrada Escritura dize, que Salomon solia embiar sus Armadas? SAbido el origen de los pobladores deste Nuevo Mundo, conviene, que averiguemos, si antes del descubrimiento de Colō, se tuvo alguna noticia del entre los del Antiguo. Por ser esta una de las questiones mas cōtrovertidas, que se hallan en su materia. I son muchos, i muy graves los Autores, a{ Iustus Lips. li. 2 Phisiolo. c. 21. Bas Pōc. var. disput. q. 8 exposit. c. 1. & 2. Batab. Montan. Genebr. Casaubon. Goros. Pineda, Maluenda, & plurimi alij apud Me, lib. 1. c. 12. n. 2. &. 3. Bessold. de Novo Orb. ex nu. 5. pag. 35. }q̃, ò porque assi de verdad lo sintieron, ò por quitar esta gloria à los Españoles, quierẽ persuadir, que huvo noticia del, i de su grandeza, aun q̃ no tā distinta como la que despues avemos tenido. I lo q̃ mas es, que hizierō particulares i repetidas navegaciones à el los Cartagineses, Tyros, Phenices, Romanos, Hebreos, i otras naciones, aun q̃ despues cō el tiẽpo se puso esto tā en olvido, q̃ el despertarlo, hizo tenerlo por nuevo. Siendo assi, q̃ nada ay debaxo del Sol, q̃ lo sea, i que estos siglos solo repitẽ lo que ya sucedio en los passados. b{ Eccles. 1. v. 9. & 10 ubi plura Pined. idem interminis, de reb. Salom. li. 4. c. 15. §. 4. & c. 16. §. 5. } Pōderā tābiẽ, lo q̃ ya en los capitulos antecedẽtes avemos tocado, de la historia tā particular, i tā parecida à este Nuevo Orbe, q̃ de la isla Atlantica dexô escrito Platō en su Timeo, i otros lugares de Aristoteles, c{ Aristot. sive Theophrast. libro de mirab. audition. Lu. cian. Elian. li. 3. de var. hist. c. 18. D. Clem. in epist. post. ad Corinth. quæ loca latè refero, & explico, Ego, d. c. 12. ex n. 47. ad 67. }Luciano, Eliano, i S. Clemẽte Alexandrino, en q̃ parece, q̃ tratan del, i de su grādeza. I el conocimiento, q̃ Ciceron, Macrobio, Pōponio Mela, i otros d{ Cicer. 4. Academ. Macrob. de somn. Scip. Pomp. Mel. li. 1. c. 5. & plures alij apud Me, d. lib. 1. c. 11. num. 33. }tuvieron de los Antipodas, cōstituyendolos en las mesmas Regiones Australes, i Occidẽtales, sitas de essotra parte del Oceano, de que tratamos. I especialmẽte los vulgares versos de Seneca en su Medea, en que sino las vio, parece que las pintò, quando dixo, siguiendo la traducion del Padre Ioseph de Acosta. e{ Lib. 1. histo In diar. c. 11. } " Tras luengos años vernà Vn siglo nuevo, i dichoso, Que al Oceano anchurose Sus limites passarà. Descubriràn grande tierra, Veran otro nuevo mundo, Navegando el gran profundo, Que agora el passo nos cierra. La Thule tan afamada, Como del mundo postrera, Quedarà en esta carrera Por muy cercana contada. " A quiẽ imita el declamador Auito f{ Avitus apud Senec. suasor. 1 }diziẽdo: "Que mas allà del Oceano ay unas grandes, i fertiles tierras, otras riberas, i otro Orbe, que alli nace, ò comiença de nuevo." I sobre esto, añade Lucio Marineo Siculo, g{ Dereb. Hispan. li. 19 c. 16. Maluẽd. Garc. & alij apud Me d. c. 12. n. 96. }q̃ quitô àlos Castellanos la gloria de ser tenidos por los primeros en este descubrimiẽto, el averse hallado en Tierrafirme, cateādo unas venas, ò minas de oro, cierta medalla antigua cō el nōbre i rostro de Augusto Cesar, lo qual hizo evidente, q̃ ya los Romanos avian penetrado hasta aquella Provincia. I Iusto Lipsio h{ Dict. lib. 2. Phisiolog. c. 19 Basil. Pontius eo non relato, d. q. 8. expos. c. 1. }quiere, q̃ aun à la de Chile, por dezir, q̃ alli, en el Valle de Cautẽ se hallarō en algunas casas, i sus portadas, escudos de Aguilas de dos cabeças, que erā insignias proprias de los Emperadores Romanos, i q̃ por esto se llamô la Imperial, una ciudad, que en el mesmo Valle fundaron los Españoles. Pero sin embargo de todo lo referido, i de otras cosas menos sustāciales, que nuevamente en confirmacion del mesmo intento, ponderan otros Modernos; i{ Henric. Salmut. ad Pancirol. tit. de Novo Orb. ex pa. 15. Christoph. Besold. in disert. de eodem Orb. pa. 33. & seqq. & Ego plenius cæteris d. c. 12. per totum. }tengo por mucho mas acierto, q̃ no se tuvo, ni halla en la Antiguedad rastro alguno, q̃ muestre, ni prueve, que en ella se alcançô ni aun pequeña, ô remota noticia del Orbe de q̃ tratamos. Opiniō, q̃ ha sido seguida por muchos mas Autores, i no menos graves, q̃ la passada, assi Españoles como Estrājeros: k{ Acost. de natur. No. Orb. lib. 1. c. 1. & in hist. Ind. li. 1. c. 14. Malferit. Barrad. Boter. Ortel. Borrel. Valdes. Vallesius Boz. Alan. Copus, Maluẽda, Herrer. Banerius, Ludovic. Leo, & innumeri feré alij apud Me, d. lib. 1. ca. 11. ex nu. 2. Salmut. ubi sup. pa. 16. ubi concludit fuisse prorsus incognitum. }los quales cōfiessan ser maravilla, q̃ un Hemisferio de tāta grandeza pudiesse estar encubierto por tantos siglos, i mas conteniendo en si tan grādes riquezas, cuya codicia suele despertar el ingenio humano para buscarlas, i procurar adquirirlas, dōde quiera que entiende, que puede hallarlas. I hazese evidencia, de q̃ no teniā semejante noticia, alomenos pratica, ya q̃ alguno, ò algunos filosofando, la tuviessen especulativa; por q̃ si la tuvieran, no huviera tantos, q̃ porfiàran, i perseveràrā en el error de pensar, i enseñar, que el Mundo era à manera de casa, cubierto con el cielo à forma de techo, solo por la parte del Polo Artico, sin que este se estendiesse al Antartico, ni Regiones Australes, i Occidentales, i haziẽdo escarnio de los que le imaginavan redondo, i esferico. l{ D. Chrysost. hom. 14. & 27. ad Hebr. & alibi sæpè, Theodoret. Theophil. Lactant. Firmian. Lucret. post Epicurum, D August. & plures alij apud Me, d. c. 11. ex n. 8. ad 11. novissimè Salmut ad Pancirol. tit. de Novo Orb. pag. 5. } Ni tampoco los Stoicos, ya que le figuravan en globo, i cō dos superficies, constituyendo en medio de ellas la tierra con iguales distācias, i sostenida ensi mesma, sin otro cimiento, à arrimo, no afirmaran, (echādo à perder este buen concepto) que de la otra parte del Austro, i del Occidente, todo era agua, juzgando, que estos dos elemẽtos, que formavā el globo, dividiā entre si por iguales partes el Mundo. m{ Arist. lib. 1. de cœlo, ca. 3. Plutarc. de placit. Philosop. li. 1. c. 2. Acos. d. lib. c. 2. 3. & 4. plures apud Rhodig. lib. 1. c. 4. & 13 Lipsium in Phisiolog. lib. 2. c. 9. & 18. Ego, d c. 11. ex n. 12. ad 22. Salmut supr. pag. 6. & 7. } Ni pudiera tener disculpa el encumbrado ingenio de S. Agustin, i de otros grandes Varones, que antes, i despues florecieron, n{ D. Aug. lib. 16 de civ. Dei c. 9. Lactā. Firmian. lib. 3. c. 23. Preco. Gazeus ad Gen. c. 1. & plures alij apud Me, d. c. 11. ex nu. 22. ad 32. Salmut. supr. pag. 10. & 13. }afirmādo por cosa constante, que ya que entre las aguas, q̃ los Stoicos concedian al Austro, i al Occidente, se hallassen algunas tierras, essas no podian ser pobladas, ni habitadas por hombres racionales, i verdaderos descendientes de Adan, pues no puede mẽtir la Escritura, que dize, q̃ todos los que lo somos procedemos del, ni se hallava indicio, ni forma de que alguno que lo fuesse huviesse passado, ni pudiesse passar à tā remotas Regiones, i separadas de estotro Hemisferio cō toda la inmẽsidad del Oceano, que entonces (como diremos luego) le juzgavan innavegable. Por donde vinieron à tener por ridiculo, ò fabuloso el dezir, que avia Antipodes, o{ Auct. sup. relati, Lucretius lib. 1. de natu. rer. ibi. "Sed vanus stolidis hæc omnia parturit error" D. lsid. lib. 14. etym. c. 5. "Extra tres autem partes Orbis quarta pars trās Oceanũ interior est in Meridie, in cuius fines Antipodes sabulosè inhabitare produntur." }i huvo tiempo en que Virgilio, Obispo Saleburgense en Alemania, fue acusado, i hecho retractar como hereje, porque en un sermon se atrevio à afirmar publicamente, que los avia. p{ Avent in. in annal. Boior. libro. 3. Haller. in orat. quod antiquit. non ubique credendum sit, apud Rosin. pa. 488. Freit. de Imp. Asiat. in præf. & c. 4. n. 5. } I aunque es verdad, que Ciceron, i otros eran de esta opiniō, como lo dexo apũtado; essos mesmos confessavan, i tenian por assentado, q̃ nadie avia visto, ni podria passar à ver los tales Antipodes, ni las tierras en que habitavan, porque demas de la division del Oceano, se avia forçosamente de atrauesar, para llegar à ellas la Torrida Zona, la qual tenian, no solo por inhabitable, sino aun por impertransible, persuadidos à que por el mucho calor siẽpre estava abrasādo. q{ Cicer. 1. Tuscul. & 4. Academ. & in somno Scip. ubi latè Macrob. Plinio. Strab. Lucret. Virg. Lucan. Ovid. Mela, Isid. & innumeri alij, qui agunt de quinque Zonis, apud Me, d. ca. 11. ex n. 33. ad 46. Sulmu. supra. 10. & seqq. } Causa que le ocasionò el nombre de Torrida, i persuasion tan firmemẽte assẽtada entre los Antiguos, que aun despues de averse començado à descubrir lo contrario, con nuestras navegaciones, se atrevio à propugnarla en Roma Pico Mirandulano en publicas cōclusiones, en presencia de Alexandro VI. Romano Pontifice, r{ Refierelo Maluẽd. dẽ antiq. lib. 3. c. 14. pagin. 139. }i aun ay otros, que escriviendo en el tiempo que oy corre, no acabā de salir deella. s{ Pet. de Aliaco, Gẽma, Frisius, & Blas. Alvarez Mirabal Medicus modernus, apud Me, ubi supr. n. 40. } Añadese à lo dicho, que si entre los Antiguos se tuviera la distinta noticia de este Nuevo Orbe, que algunos quieren atribuirles, i aun siquiera confusa, era impossible, que entre todos ellos, sin discrepar ninguno, passàra por tan llano, i assentado como lo hallamos, t{ Plin. lib. 2 c. 67. Biasm. & Maunt. in adag. Non ultra gadira, & plures alij apud Suarez de Salazar de antiq. Gadit. lib. 1. & Ego, d. c. 11. ex n. 47. }q̃ en el Oceano Occidental de Nuestra España se acabava la tierra, i que de Cadiz adelante (que es el punto que constituyeron por lo ultimo de ella, tan celebrado como vulgar, por las columnas, que en significacion de esto se dize, que fixô alli Hercules, con el rotulo Nō plus ultra) no se hallava luz de mas mundo, ni traça, ò modo para poder passar à buscarle. Por lo qual en el mesmo Cadiz, ò cerca, constituian, el Tartaro, i los Campos Elysios, lugares en q̃ libravan el descanso ï reposo de sus difuntos, como tambien los extremos adonde pudieron llegar en la vida. u{ Strab. lib. 3. in princ. Homer. lib. 4. Odyss. & plures alij apud Me, d. c. 11. ex nu. 62. ad 66. } I la razon que daban de esto (la qual conduce assimesmo mucho para nuestro intento) era, tener por constante, que el Oceano Atlantico, que se halla en passando estos terminos, era, i avia sido hasta alli innavegable; x{ Tacit. de morib. Germ. Ortel. in thesau. Geograp. verbo, Oceanus Atlanticus, latè Pineda de rebus Salom. libr. 4. c. 6. & c. 15 § 3 Ego, d. c. 11. n. 67. }tanto, que ni aun à las Islas Hesperides, que son oy, segun la mas comun opinion, las de Cabo Verde, con ser tan vezinas, dize Lucrecio, que nadie se avia atrevido à buscarlas, y{ Lib. 5. de natur rer. i in princip. ibi. Propter Atantlæum littus pelagique severa, &c. } Lo qual, segun la opinion de los que mejor sientẽ, procedia, de que aunque en aquellos siglos avia ya alguna experiencia en la navegacion, cuyo uso comẽçò desde Noe, que amaestrado en lo de la Arca, fue el primero, que la introduxo, i despues Atlante Lybico, i otros la fueron adelantando. z{ Genes. 7. Ioseph. 5. antiq. Clem. Alex. 1. strom. ca. 7. & alij apud Me, d. c. 11. nu 70. & seqq. }Toda via, era solo de costa en costa, sin atreverse à engolfar en alto, i mas en mar tan profundo, borrascoso, i dilacado, como el del Oceano Atlantico, como entonces no avian aprẽdido ā hazer naves à proposito para esto, ni conocido el uso del Astrolabio, i de otros instrumentos nauticos, sin los qual es era forçoso, q̃ erraran, i peligraran en semejantes navegaciones. I especialmente careciẽdo de la noticia, i uso de la Aguja de marear, i singulares, i maravillosos efectos, que en ella obra la Piedra Imàn. De cuya invencion, propriedades, i utilidades, i de las causas naturales porque mira al Setẽtriō, i atrae à si el hierro, i otras prodigiosas experiencias, que con ella se hā ido haziendo, i descubriendo, ignoradas casi todas por los Antiguos, escrive mucho en nuestros mesmos terminos Ioseph de Acosta, i para otros varios intentos otros varios Autores. a{ Acost. de natur. Novis Orbi lib 1. ca. 16. Thom. Bozius lib. 4. de statu Italiæ c. 1. nu. 68 Pined d. r. 15 Polid. Virg de invent. rerlib. 3. c. 13. Turneb Boterus, Herrer. Maulèda, & plurimi alij apud P. M. d. c. 11 ex n. 69. ad 83. Latissim. Pancirolus, & Salmut. ad eu titu. de Pixide nautica, ex pagin. 232. } I siguiendo esta opinion, podemos facilmente responder à los argumẽtos, que traximos por la cōtraria, que lo que se dize del lugar del Eclesiastes: Que nada se puede ya oy hallar nuevo en el mundo, se ha de entender en hyperbole, ò tomado argumento de lo que mas de ordinario sucede; i tiene otras muchas exposiciones, que alli traẽ sus Comentadores. b{ Pined. Delrius, & alij, ibidem. } Porque es llano, que Dios ha dispuesto de suerte las cosas, que cada Edad va hallando, i descubriendo muchas, que no se supieron, ni conocieron en las passadas. c{ Latê P. M. libro 1. c. 12. ex n. 10. }Por donde Thales Milesio, i otros, d{ Laer. in Thalete lib. 1. c. 1. Eratus in Phœnom. Tertul. in Apol. ca. 1. Sines. epist. 57 } llamaron bien al Tiempo, Inventor, ò descubridor de ellas. I Seneca dexò escrito, como en vaticinio de este Nuevo Orbe, que se debe tener por cosa pequeña el Mundo, si en el no tuviesse de nuevo, que buscar todo el Mundo. e{ Senec. lib. 3. nat. quæst. c. 41 Bald. in Proœ. Decretal. "Inveniendis inventa non obstant." } De que tenemos bastantes exẽplos en la Arte Impressoria, en la polvora, i Artilleria, Aguja de marear, i uso de la Piedra Imàn, Açucar, Papel, Purpura, i otras muchas, que no conocieron, ni alcançaron los Antiguos, i algunas de ellas se han hallado à caso, i de poco acà, como largamente lo refieren, i consideran varios Autores. f{ Polid Virg. in integ. tract. de invent. rer. Textor in officin. 2. p. ex pa. 97. Maiol. 1. to. colloq. 23. Pomer in orat. quod antiq. novit. præs. non sit, Acosta ubi sup. c. 19 Ego, d. c. 12. exn. 16 ad 25. novissimè Pancirol. & Salmut. in lib. de noviter repertis. } I el origen i nacimiento del Nilo estuvo muchos siglos tan ignorado, i las causas de sus crecientes, que se tuvo por impossible, i por parte de bienaventurança, poder alcançarle; i vemos, con la claridad que le descubrieron, en el de Nuestros Padres, los Portugueses. g{ Lucan. li. 10 Claud. epigr. de Nilo, latè Scort. de nat. & increm. Nili, lib. 1. c. 2. & seqq. & plurimi alij apud Me, d. c. 12. nu. 23. & 24. } Segun lo qual, bien pudo suceder lo mesmo en el Nuevo Orbe, como en sus terminos, i diziẽdo, que este exemplo es mas digno de admiracion, i ponderacion, que quantos se han traido, i pueden traer, el docto i Pio Varon Tomas Bozio, h{ De sig. Eccles. lib. 6. c. 7. }i otro Ingenioso, aunque no tan Pio Poeta Inglès, que satisfaciẽdo en particular al lugar de Salomon en el Eclesiastes, dize en un Epigrama: i{ Ioā. Ovenus 1. p. Epigr. 21. lib. 1. "Nil ait esse novũ Salomon sub sole; Columbus in veteri mũdum reperit Orbe novum. " } " Que nada sea nuevo, fundo, En dezirlo Salomon: Mas, sin embargo, Colon Dio al Viejo otro Nuevo Mundo. " Lo que se dize de algunas navegaciones, que intentaron por lo alto, i profundo del Mar Atlantico algunos Antiguos, i especialmente de la de Hanon, q̃ la quieren hazer semejante, à la tercer a de Colon à estas Indias; k{ Gomara in hist Ind. lib. 1. Aldrete Casanb. & alij apud Me, d. ca. 12 ex n. 25. }Se satisface, cō que otros muchos Autores las tienen por falsas, negando, que jamas, sino es arrebatados de rigurosa tormẽta, se apartassen mucho de tierra, i probando con evidencia, que ni alcançaron, ni pudieron alcançar el uso i pericia, que oy tienen los nuestros en navegar, ni el del Aguja de marear, l{ Acost. d. li. t. c. 18. Freit. de Imp. Asiat. ca. 5. ex nu 5. alij apud Me, supr. ex n. 33. ad 46. }aũque ay quien pretenda defender lo cōtrario, pensando ser la que Plauto llama Versoria. m{ Plaut. in mercut. "Huc secũdus vẽtus nũc est, cape modo versoriam," Salmut. sup. pa. 16 } Siendo assi, que esta palabra no significa sino lo que entre nosotros se suele dezir, Dar, ô tomar la buelta. n{ Hẽri. Steph & Calep. in voce versorias, Turneb. Pined & alij apud Me, d. cap. 11. n. 46. } Lo de la Isla Atlantica de Platon, ya dexo apuntado, que fue sueño, ò fabula, que quiso fingir, como la de las otras, que refieren Aristoteles, i Luciano, i Eliano, i assi lo dizen, i muestran con evidencia Autores gravissimos, fuera de que aũ las particularidades, que en ellas proponen, no se adaptan à nuestras Indias. o{ Anton. Possevin. in apparat. 1. te. verb. Aristoteles, & plures alij apud Me, d. cap. 12. ex n. 52. ad 63. Salmu. sup. pag. 16. & 17. } I no aprieta mas para probar, que huviesse noticia de ellas, el dezir, que huvo quien la diesse, ò tuviesse de los Antipodes, i Antictones, que no pueden caer en otras Regiones. Porque esto lo dixeron solo raciocinando, i fue tan dudoso, i negado por otros, como se ha visto. p{ Sup. hoc capit. latè Ego, d. c. 12. ex n. 70 novissim. Salmut. ad Pancicirol. ti. de Novo Orb. pa. 11. } I la mesma respuesta recibenlos lugares de San Clemẽte, el Declamador Avito, i Seneca el Tragico, en q̃ parece dā a entẽder, q̃ supierō que avia otro Mundo mas alla del Oceano; pues leidos enteramente, se verà, que no lo afirmaron, antes lo dixeron, i propusieron como por via de encarecimiento, ò en vaticinio, cosa muy acostumbrada entre Poetas, i semejantes Autores, como refiriendo para ello otros muchos lugares, lo declaran los que bien sienten. q{ Ioseph. Acosta d. c. 18. & in hist. Ind. lib. 1. ca. 11. Lips. in Phisiol lib. 20 c. 19 Bozius de sign. Eccles libro 70. ca. 6 & li 22. c. 1. latè Ego, d. c. 12. ex n. 69. ad 95. } Fuera de que el de Seneca (que es el que se tiene por mas expresso) no se puede referir al Nuevo Orbe, que como se ha dicho, se descubrio passado Cadiz, i al Occidente, i no àzia el Septentrion, de quien Seneca habla, pues haze mencion de la Isla Thule, que era entonces tenida por la ultima de aquel clima, r{ Virg. 1. georgic Tibi serviat ultima Thule. plinio, Mela, Solin Isid. Ortel Magin. Maiol. & plures alij apud Me, d. c 12. ex n. 89. ad 95. novissimè Giphiand. de Insul. ca. 32. & Salmut. ad Pācirol. ti. de Novo O. b. pa. c 1. & Bessoldus in sua dissertat. }i es la que oy llamamos Islādia, ô Escandia, en el Reino de Escocia, en altura de sesenta i cinco à sesenta i nueue grados, como lo dizen todos los Cosmografos. Lo de la Moneda, o Medalla de Agusto Cesar, que dize Lucio Marineo Siculo averse hallado en las minas de oro de Panamà, de donde toman argumento, de que ya avian llegado alli los Romanos. Es cosa sin sustancia, i falaz, i que se pudo fingir, echando alli aquella Medalla, para obscurecer, ò diminuir con esse pretexto algo de la gloria de España, como aun lo reconocen los Autores, que siguen la contraria opinion. s{ Lipsius, Maluenda, Basil. Pontlus, Borrel. Torniel, & Freit. apud Me, d. ca 12. n. 99. } I no es nuevo, hazer en razon de estas Medallas semejantes engaños, i embustes, como, trayẽdo algunos exemplos, lo muestra bien Tobias Hallero en la Oraciō que escrivio contra los Antiquarios. t{ Apud Rosiu. pag. 488. } I fue celebre el de un Portuques, llamado Hermocharado, que escrivio unos versos Latinos en una piedra, imitando caracteres antiguos, que cōtenian, como en profecia, el descubrimiento, que en tiẽpo del Rey Don Manuel se avia de hazer por los Portugueses de la India Oriental, en este sentido: " Bolverànse las piedras, i estas letras Se leeran por su orden, quando veas Tu el Poniente lo rico del Levante. El Gange, el Indo, el Tajo en uno jũtos. Cosa que al verse cause maravilla, Trocaràn entre si sus mercancias. " i la enterrô en el Promōtorio, que llaman Roca de Sintra, i despues dio traça, que se descubriesse, como q̃ alli cabavan, i la hallaron à caso, i leidos los versos, i traidos al Rey, los tuvieron por Sybillinos, i aunque se descubrio la impostura, ay toda via quien trate de creerla, ò acreditarla. u{ Castañeda in histor. Ind. Orient. lib. 1. c. 28 Ortelius In Theat. mag. tab. 5. Maluenda, Torniel, & & alij, apud Me, d. c. 12. n. 101. novissimè D. D. Ferdin. Pizat. que refiere estos versos por ciertos in Elogijs Viror. Illustr. pag. 15. & Bessold. d. disser. de Novo Orbe, n. 9. pagin. 36. } I la misma falacia puede recebir lo del Aguila de dos cabeças, que Iusto Lipsio quiere dezir se hallô pintada en muchas partes del Reino de Chile. Demas de que quando esso se le conceda por verdadero, tambien ay Aguilas en aquellas partes, i pudieron los Indios dar en pintarlas, ò esculpirlas con dos cabeças, sin acordarse de los Romanos, ni sus insignias Como los Romanos mesmos dierō en pintar por sola su imaginacion à Proserpina, al Cerbero, à la Hydra, i à otros monstros con tres, i mas cabeças, aunque nunca vierō que las tuviessen. I los Egypcios, segun dize Amiano Marcelino, x{ Amian. Marcel. lib. 7. "Scripta conspici volucrum ferarumq; etiam alieni mũdi genera multa." }pintavā en sus obeliscos aves, i fieras, i otros muchos generos de animales, i cosas, que no conocian, i que eran como de otro mundo. Cō lo dicho queda probado bastantemente, mi intẽto, i satisfechas las objeciones, que se pueden, i suelen traer en contrario. Pero resta una, que por mas considerable la he dexado para la postre. I es, que no se puede decir, que de este Nuevo Orbe no tuviessen noticia los Antiguos, pues ay muchos que afirmā, que no so la tuvieron, sino que Salomō embiava à el todos años las poderosas Armadas, q̃ despachava de Asiongaber con las naves, i siervos del Rey Hiràn, i que de alli le bolvian cargadas de oro, plata, piedras preciosas, pavos, i simias, i otras cosas de estima, de que haze mencion la sagrada Escritura. y{ 3. Reg. 9. & 4. 22. & Paralipom. 9. & 20. & alibi sæpè. } Por manera, que este era su Ophir tan celebrado; el qual por otro vocablo en la mesma Escritura llamā Parvaijm, i de aqui, esforçādo mas sus conjeturas, se alargan à pensar, que tomaron el nombre las ricas, i dilatadas Provincias del Perù, ò de la palabra, Ophire, ô Opire, mudadas, como es ordinario, ò traspuestas algunas letras, i en ellas, i en las de la Nueva España, quierẽ constituir el Ophir, i verificar lo que se escrive de sus grādezas. z{ Arias Montanus In Phaleg. Vatablus, Genebrar. Ortel. Pontius, & plures alij apud Greg. Garcia de Ind. orig. lib. 1. ca. 2. §. 3. & 4. & larius lib. 4. c. 1. & seqq. & apud Me lib. 1. c. 13. n. 4. & seqq. }Como aun el mesmo Don Christoval Colon lo comẽçò à hazer en la Isla Española, luego que la descubrio, i reconocio, alabandose, que avia hallado la Region Ophira, como Pedro Martyr afirma, que se lo oyô dezir muchas vezes. a{ In decad. de Novo Orb. Vatablus libro 3. Reg. c. 9. & 22. } I Fr. Gregorio Garcia, i otros, b{ Greg Garc. sup. & Maluenda de Antich. lib. 3. c. 19. }añaden las cosas, en que se parecen, i que ay en los rios, i montes, i lugares del Pirù, ô Perù, muchos vocablos, q̃ frisan con el de Ophir. I que es verosimil, que siendo Salomon tan sabio como lo fue, i à quien Dios dotò de verdadera ciẽcia, para alcançar à saber la disposicion de todo el Orbe, i la virtud de los Elementos; c{ 3. Reg. 4. Sapien. c. 7. vers. 17. }no avia de ignorar este Nuevo, que era tan digno de ser sabido. I mas con el gran estudio, i cuidado, que puso en buscar, i juntar riquezas; las quales se hallan en el con tanta abundancia. Pero todo esto pesa muy poco en la consideracion de otros Autores gravissimos, i diligentissimos, que tienen esta opinion por improbable, i la llamā invẽtada, mas por amor de novedad, que de verdad. d{ Pereir. lib. 3. in Genes. Gaspar Barrerius Lusitan. in integro, & docto lib. de Regione Ophira, Acost. de natur. Novi Orb. libro 1. ca. 13. & 14. Barrad. Delrius, Maluenda, Pined. Herrera, Aldrete, Torniel. & alij. plures apud Me, d. ca. 13. ex n. 16. Salmut. d. titu. de Novo Orbe, pag. 18 versic. Verosimilius igitur est, & alij plures apud Bessold. d. dissert. de Novo Orbe, n. 6. pagin. 34. } Haziendo demostracion, que ni el Ophir caia en estas Regiones, ni tuvo que ver cō ellas, i que no producen muchas de las cosas, que se retornavan à Salomon, ni el era tā imprudẽte, que desde Asiongaber, que cae en el Mar Bermejo, i tenia tan cerca la Arabia, i otras Provincias tan ricas de la India Oriẽtal, avia de embiar sus Armadas à partes tan remotas, i por mares tā dilatados, i poco cursados, para cuya navegacion eran menester muchos años. I assi constituyen el Ophir en Sofala, ò en Ormuz, ò, lo que es mas cierto, en algunas de las ricas Provincias de la India Oriental, i especialmente en su celebre Isla, que se solia llamar Trapobana, ò Samatra, i oy se dize Malaca, i los Reinos del Pegu sus confines, donde se halla todo lo que se llevava à Salomon en grande abundancia, tanto, que se solia llamar Tierra de Oro, ò la Aurea Chersoneso, e{ Latè Barrer. & alij sup. relati, & plures apud Me, d. c. 13. n. 27. & sequentib. }i su oro se tenia por el mas perfecto, i de mayores quilates. f{ Para lipo. 2. ca. 3. ibi: "Porrò autem aurum ex loco Parvaijm, vel de Parvaim erat probatissimum." }De dōde el de esta calidad tomò el nombre de Ophirizo, i de ay, corrompido el vocablo, los Latinos le llamarō Obryzo. g{ L. 3. C. de vet. num. potest. lib. 12. l. 1. C. de oblat. vot. cum alijs latè adductis à Me d. c. 13. ex n. 33. Salmut. sup. pag. 17. & 18. } I no obsta en contrario lo que se ha dicho del nombre del Peru, i q̃ es parecido al de Ophir, ò Opire. Porque pocos ay, que quitando, ô trasponiendo letras, no se puedan parecer, i parezcan unos à otros, i muchas vezes acontece, que en diferentes lenguas, i naciones, cosas muy diversas tengan à caso un mesmo vocablo, como latamẽte lo enseña Xenophonte en un libro entero, que hizo de este argumento; h{ Xenophon in lib. de Aequivocis. } i en los terminos del nuestro, lo pruevan Acosta, Barradas, i otros Autores. i{ Acost. d. e. 13 Barrer. Maluẽda, & Pineda apud Me, d. c. 13. n. 44. } Fuera de que lo mas cierto es, que los Indios ni tuvieron, ni conocieron el nombre de Peru, ò Piru en las Provincias à que oy se le damos, hasta que los Españoles se le pusieron, quando llegarō à ellas con Francisco Pizarro, ô porque sucedio llamarse Beru el primer Indio que encontrarō en sus riberas, i de quien començaron à inquirir sus noticias. k{ Garcilas. in hist. Incar. li. 1. ca. 4. & seq. Maluenda, & Aldrete apud Me, d. c. 13. n. 47. & 48. }O porque le pregũtaron si era tierra, que dava oro, i el, no acertando à repetir, ò pronũciar bien nuestra voz, respondio, Biru, Biru, l{ Maluenda de Antich. lib. 3. c. 24. Covar. in Thesaur. ling. Castell. verb. Perù. }ò porque sucedio llamarse Beruquete, el Cacique que hallaron en Panamà, quando tomaron conocimiento del mar del Sur, i Cabo de Pelu la tierra que cae entre Panamà, i Pasto, i su rio Veru, m{ Herrera in hist. Ind. deca. 2. lib. 1. c. 14. & dec. 2. libr. 1. c. 1. infin. Calāc. lib. c. 4. n. 8. }ò lo que es mas provabable, porque se llamava Piura la primer Provincia, que pisaron en el Peru, i el rio q̃ la atraviessa. n{ Herrer. sup. Gomara, Zarate, Garc. & alij apud Me. d. c. 13. n. 52. }De todas las quales cosas es muy frequente dar apellido, à las que de nuevo se descubren, i adquieren. o{ Greg. Garc. & plures alij apud Me, d. li. 1. c. 4. n. 42. & d. c. 13. n. 53. } Pero en su antiguedad, i lengua de sus naturales, toda aquella tierra tuvo por nombre Tauātinsuyo, que quiere dezir las quatro partes, ô sitios, p{ Garcilas. ubi sup. Ego, d. c 13. e. 47. Calanch. d. n. 8. Acost. d. lib. 1. c. 13. Herre. in descript. Ind. c. 16. & alij apud Me, d. ca. 13. ex nu. 46. }por lo mucho, que por todas las del mundo se estiende i dilata, principalmente en largo, desde Panamâ à la Provincia de Pasto, i desde alli al Rio de Maule, q̃ corre aun mas allà del Reino de Chile, que vienen à ser mas de mil i trezientas leguas. q{ a. Nazian. ora. 28. D. Irenæus lib. 4. cōtr. hæreses, ca. 43. & plures alij apud Me, d. lib. 1. c. 15. ex n. 3. ad 9. }