I no por esto se excluye, ni niega el gran cuidado, i diligencia, que los Apostoles pusieron en predicar, i propagar el Evangelio, que essa bien conocida es, i los hizo muy dignos de los nombres de Angeles veloces, i otros, que como diximos, les da la Escritura. Pero ella mesma, i los Autores que la explican, s{ Abdias in vitis Apost. D. Isid. de obitu patr. c. 78. & sequent. & li. 7. etym. c. 9. Niceph. Baton. Cassaneus, & plurimi alij apud Me, d. c. 14 n. 80. & 81. }refieren las Provincias, que a cada uno le cupieron en suerte, o por providencia divina, i no se hallara en ellas alguna, que pueda aplicarse a estas Australes, i Occidentales. Antes nos ensenan, que hasta la fin, o consumacion del mundo ha de aver a quien predicar, i a quien convertir de nuevo. t{ Matth. 24. v. 14. Marc. 13. D. Tho. in 1. 2. q. 106. a. 4. Caie. Maldon. Soto & plures alij apud Me. d. c. 14. n. 66. & seqq }