I en una de ellas tan en nuestro proposito, que dize, es pecado dudar de la justificacion de la guerra à q̃ Dios nos destina, pues en èl no cabe injusticia; i en tales guerras, los que le sirven, ya de Capitanes, yà de soldados, solo se han de juzgar por sus ministros i executores. Razon, con q̃ tambien convencio à Fausto Maniqueo, que se atrevio à condenar las guerras que Moyses hazia à los Amorrheos. v{ Lib. 22. contra Faust. c. 74 }