Lo qvarto anado, consiguientemente a lo referido, que ora digamos, que estas Encomiendas, i cedulas que se dan para ellas, tienen fuerca de contrato ultro citro que obligatorio, ora que participan mas de la naturaleza de mercedes graciosas, i donaciones, (de que tambien escribire mas largo en otro capitulo, x{ Infra hoc libr. c. 25. }) todavia, supuesto que proceden i dimanan del Principe, i se fixan i fundan sobre los firmes cimientos de su Magestad, i grandeza, i de las obligaciones que tiene para no faltar en lo prometido. Es comun opinion de casi quantos escriben, que enellas no ha lugar, ni se pratica aquella tan vulgar como celebre ley del Emperador Diocleciano, que dexamos apuntada en contrario, y{ Dict. l. quoties, C. de rei vindic. & l. 50. tit. 5. p. 5. }en que dispone, que en la cosa que se halla vendida a dos in solidum, o igualmente, aquel debe ser amparado en su retencion, i dominio, a quien se entrego primero su possession. Porque antes el primer donatario, o concessionario debe ser preferido, en razon de que por sola la promessa, o concession Real, sin tradicion, ni aprehension alguna, passa luego en el la possession, i dominio de lo que se le ha concedido, o donado. En comprobacion de lo qual escuso estender la pluma, por estar ya dicho tanto por tantos, z{ Cap. proposuit, de concess. praeb. l. 12. tit. 2. p. 2. ubi late DD. & in d. l. quoties, latissime Covar. lib. 2. var. c. 19. n. 3. Gregor. Lop. in l. 6. tit. 26. par. 4. Cabed. decis. 39. num. 7. p. 2. Tuschus verb. Donatio, conclus. 699. & plurimi alij apud Valenz. cons. 68. n. 66. & sequent. & cons. 151. n. 57. vol. 2 & Me, d. c. 9. n. 21. & 22. }que parece superfluo querer repetirlo.