Porqve, començando por la q̃ huvo de obligar por este medio à los Encomenderos, à cuidar quanto puedan de la dotrina Espiritual, i defensa temporal de los Indios; cuyos tributos se les reparten, ya se vè, quan santa es, i quan necessaria, pues como lo dize el Padre Acosta, a{ Acosta de proc. Ind. sal. lib. 3. c. 11. pag. 321. vide verba apud Me, 2. tom. lib. 2. c. 1. n. 33. }ninguna cosa pudo hallarse mas saludable, que encargar estos nuevos, i rendidos Christianos, à la diligencia, i defensa de los viejos, i poderosos, como se hazia en la primitiva Iglesia, segun lo refiere san Dionisio Areopagita, b{ Dionys. Eccles hier. c. 9. }dando à los recien bautizados, para el mesmo efeto, los que entonces llamaban Supsceptores, i oy, continuando este uso, aunque no tan bien praticado, los llamamos Padrinos.