I quando aun faltaran otras razones, que les obligaran a esto, valiera por muchas, la de la gran confianca, que el Principe haze de ellos en estos casos, i no le enganar en que elija por juezes, los que no debiera elegir, i remueva de los cargos publicos, los que debiera mantener en ellos. Porque supuesto, que de ordinario sigue lo que consultan: por bueno, entendido, i aventajado que sea, le podran hazer errar facilmente, si se aunan para enganarle, como lo reconocio el Emperador Diocleciano, referido por Flavio Vopisco, z{ Vopiscus in Aureliano, vide omnino eius verba ap. Me, d. c. 12. n. 28. }diziendo, que esta era una de las razones, que hazian muy dificultoso el imperar bien, i que mas le obligo a dexar esse cargo, como ya lo he apuntado en otro lugar. a{ Supra hoc lib. cap. 4. }