I esto es cierto en tal forma, que entre los Romanos se tenia por de humilde ingenio, ô espiritu, el que no sabia, ò no se atrevia à apartarse de lo que otros aviā votado. I à estos solian llamar Senadores, Pedarios, i Agipedes, porque sin hablar, ni discurrir, se iban con lo que à otros avian oido, i obraban los pies, lo que debiera obrar la cabeça, como lo dan à entender Laberio, Lucilio, i Festo Pompeyo, aunque Agelio, Rosino, i Fungero dan otras derivaciones à estos vocablos. k{ Laber. in Minor. caput sine linguas pedaria sententia est, Lucil. apud Fest. verb Pedarius, Agel. lib. 3. c. 18. Rosin. lib. 7. cap 5. Funger. in etymolog. verb. Pedarij. }Si bien (como ya lo dexo dicho) no es reprehensible, sino digno de loa, el seguir la sentencia de los compañeros, i remitirse à ella, quando uno no tiene que añadir: i en hazerlo assi, defiere mas à la razon, i al ahorro del tiempo, que al temor i la autoridad.