Dedonde es, que Salomon con aver sido el Rey mas sabio del mũdo, i q̃ mas conocimiento tuvo, i mejor juizio i aprecio pudo hazer de las cosas dèl, puso uno de sus mayores cuidados (como se dize en el Paralipomenō, h{ Paralipom. lib. 2. capit. 9. vers. 10. }) en q̃ de todo èl, se le buscassen, traxessen, i jũtassen quātas piedras preciosas se pudiessen hallar, en que entraban Perlas, Diamantes, Esmeraldas, Carbũcos, Safiros, Amatistas, Rubies, Cristales, Corales, Agatas, Topacios, Berilos, Crisoberilos, Iacintos, Sardonicos, Onichinos, Imanes, i otras infinitas, cuya copiosa nomenclatura, i la de las partes dedonde se le podian traer, pone muy à la larga el Padre Iuan de Pineda. i{ Pined. in Salom. lib. 4. c. 28. §. 1. pagin. 217. }