# 4 CAP. IV. De las Perlas, Esmeraldas, i otras piedras preciosas de las Indias, i derechos Reales impuestos en ellas. AVnqve algunos Autores, i entre ellos el Dotor Monardes gran Medico de Sevilla, a{ Monardes en el Dialogo del hierro, que anda despues de su historia medicinal delas plantas de las Indias, fol. 159. } se han persuadido, i nos quieren persuadir, que la estimacion que comunmente hazemos de los diamantes, perlas, esmeraldas, i otras piedras que llamamos preciosas, no consiste en otra cosa, mas que en la opinion que se tiene dellas, i que se han visto pocos, o ningunos milagros, i efetos de los muchos que se escriben de sus virtudes i propriedades, porque no saben que tengan otra mas que sacar el dinero de una bolsa, i echarla en otra. Con los quales contesta, el poco caso que de ellas, i de la plata, i del oro han hecho algunas Naciones, estimando mas el hierro, estano, cobre, i acofar, i otras cosas que nosotros tenemos por viles, como lo refieren Iuan Boemo, Pineda Mayolo, Zuingero, i otros Autores, b{ Ioan. Boem. de morib. omnium gen. pagin. 28. 114. 193 227. 361. & alibi passim, Pined. in Salom. pag. 242. & 330 Maiol. colloq. Zuinger. in Theat. hum pag 3808 }trayendo el exemplo delos Etiopes, i de estos nuestros Indios Occidentales, que tan baratas nos permutaban estas, que llamamos riquezas, i diziendo, que si las han comencado a tener en algo, es porque de nosotros lo han aprendido. Por lo qual concluyo S. Clemente Alexandrino, c{ Clem. Alexand. lib. 2. 1. paedag. cap. 12 pag. 242. & libro 3. c 6. pag. 265. Proverb. 8. "Melior est sapientia lapidibus pretiosis colligite me super aurum, & lapidem pretiosum, & argentum electum, &c." vide ad idem Maiol in colloq. de lapid pag. 319. in princ. }que es de ninos, i faltos de juizio el admirar, o estimar tales piedras, i riquezas, i que las verdaderas consisten en el animo verdaderamente Christiano, i son la virtud, justicia, i buena razon, que como se dize en los Proverbios, vale mas que el oro, piedras preciosas, i plata acendrada. Todavia no podemos negar, que en ellas aya puesto, i encerrado el que las crio, muchas, i muy particulares virtudes, i excelencias; i que por esto, i su natural hermosura, casi desde el principio del mundo hallemos hecha dellas noble mencion, i digna estimacion en la sagrada Escritura, en las leyes del derecho, d{ Auctor de lapidibus Saciae Scriptur. per totum, l. interdum 16. §. species, D. de publican. §. item lapill. inst. de rerum divis. ubi Doctor. cum alijs }i entre todos los hombres bien entendidos. De que dexo de escribir mucho, por aver escrito tanto los Autores Antiguos, i Modernos, que han tomado esto a su cargo, i copiosamente refiere Bernardo Cessio. e{ Plin. lib. 36 & 37. Solinus c. 65. & seqq. D. Isid. lib. 16 origin. Brasavol. Porta, Causin. & innum. alij apud Cessium de mineral. lib. 4 2. p. cap. 1. cum multis seqq. & Maiol. in colloq. 18. de lapidibus. }I el Dotor Francisco Valles, diziendo, que muchos las juzgan por participantes del fuego, i resplandor celestial, i tratando, porque en la Creacion del Mundo no se haze mencion dellas, ni de los metales. f{ Valles de sacra Philos. in prooem. pag in. 23. & cap. 49. pag 358. }I el Padre Martin Delrio, g{ Delrius de Magia, 1. par. pag. 35. }que discurre filosoficamente, porque no pueden convertirse unas en otras, como vemos que se pueden convertir los metales. Dedonde es, que Salomon con aver sido el Rey mas sabio del mundo, i que mas conocimiento tuvo, i mejor juizio i aprecio pudo hazer de las cosas del, puso uno de sus mayores cuidados (como se dize en el Paralipomenon, h{ Paralipom. lib. 2. capit. 9. vers. 10. }) en que de todo el, se le buscassen, traxessen, i juntassen quantas piedras preciosas se pudiessen hallar, en que entraban Perlas, Diamantes, Esmeraldas, Carbuncos, Safiros, Amatistas, Rubies, Cristales, Corales, Agatas, Topacios, Berilos, Crisoberilos, Iacintos, Sardonicos, Onichinos, Imanes, i otras infinitas, cuya copiosa nomenclatura, i la de las partes dedonde se le podian traer, pone muy a la larga el Padre Iuan de Pineda. i{ Pined. in Salom. lib. 4. c. 28. §. 1. pagin. 217. } I lo mesmo han hecho otros Reyes, i Naciones, poniendo en tenerlas, i gozar dellas, su principal felicidad, i riqueza, de que tambien juntan mucho Marciano Iurisconsulto, Simon Mayolo, i Maluenda, i otros que ellos refieren. k{ Marcian. in l. inter eum, § species, Maiol. d. colloq. de lapid. Maluenda de Antichr. lib. 6. c. 12. & seqq. }Contando, entre otras cosas, que un Rey de Zeilan en la India Oriental, tuvo un rubi del largo de un palmo, i del gruesso de un braco, que daba de noche mas luz de la que pudieran dar muchas hachas juntas, i que por no se aver visto otro tal en el mundo, era segun dize Marco Polo, l{ M. Polus libro 3. c. 19. }de inestimable valor. I que el Emperador de Constantinopla Leon IV. i el Pontifice Romano Paulo II. estimaban, i codiciaban tanto las mesmas joyas, i el ostentar con ellas su Magestad, que de las muchas de que cargaban sus Diademas, i Tiaras, se les ocasionaron muertes de aplopexias. Supuesto lo qual, no podra censurarse, que nuestros gloriosos Reyes de Espana, se precien de ser duenos de quanto de este genero ay precioso en el Orbe, pues lo producen por mayor parte las Indias Orientales, i Occidentales, i essas son suyas, como Carolo Escribano m{ Scrib. in Polit. Christ. in epistol dedic. "Nam quod auro & gemmis prope fatigetur Orbis ab Oriente, & Occidente tuo est," Thomas Lansius in orat. pro Hispania. }lo pondera bien para otro proposito. Ni tampoco, que yo me detenga algo en declarar las rentas, i derechos, que por esta causa les pertenecen, pues a ningun Principe del mundo se pueden aplicar mejor los versos de Iuvenal, en que dixo, que quanto ay lucido i hermoso en el mar, i en lo que rodea, todo es del Fisco do quiera que nace. n{ Iuven. saty. 4. "Quidquid conspicum, pulchrumqué est aequore toto. Res fisci est ubicumque natat." } Porque si miramos las perlas, a quien los Latinos llaman Vniones, i Margaritas, i Plinio, i otros o{ Plin. lib. 9. cap. 25. Solin. c. 54. Isid. lib. 16. cap. 10. Maiol. d. colloq. de lapid. pag. 118. Albert. Magn. lib. 16. c. 62 Caesius ubi supr. pag. Relatio Nobi Orbis, pag. 17 Pancir. in thesaur. var. lect. pag. 242. Covarc. in thes. ling. Castell. verb. Perlas. }dan el Principado entre todas las Gemmas, i Nosotros las llamamos Perlas, corrompido el vocablo de Perulas; porque las mas perfetas, i estimadas son las que se hallan de hechura de peras, que los Griegos dizen Elencos, hallaremos, que en ninguna parte del mundo se han descubierto tantas, i tan grandes, como en los Ostiales de nuestras Indias, como lo refiere i afirma el Padre Ioseph de Acosta, p{ Acosta in hist. Ind. lib. 4. c. 15. & ex eo Carcilas. in comment. Regijs, lib. 8. cap. 23. }tratando de las pesquerias del mar del Sur, junto a Panama, i en la isla de Perlas, i de las del mar del Norte, cerca del rio que llaman de la Hacha, i diziendo, como, i con quanto trabajo se pescan: i que el ano de 1587. vio en la memoria de lo que venia para el Rey, diez i ocho marcos de perlas, i otros tres caxones dellas, i para particulares 1264. marcos, i sin esto otras siete talegas por pesar, que en otro tiempo se tuviera por fabuloso. I que de esto ha resultado, que las perlas que en tiempos antiguos fueron tan estimadas, que solo a personas Reales pertenecian, oi por ser tanta su copia, traigan sartas dellas hasta las negras. Antonio de Herrera, dize, q{ Herr. in histor. gen. Ind. de cad. 1. lib. 7. cap. 9. }que en toda la costa de la isla de Cubagua, i de la Margarita, i en mas de quatrocientas leguas que ay del Cabo de la Vela al Golfo de Paria, i en otras muchas partes, se hallan las Ostias, en cuyo seno nace la perla, en grandissima cantidad, haziendose un granillo, en el principio tierno como leche, que con el tiempo va creciendo, i endureciendo, i que llego algunos anos a valer el quinto del Rey, de solas estas pesquerias de Cubagua, mas de quinze mil ducados; i que se pescan entrando los hombres, que llaman Buzos, debaxo del agua, i estando, quanto les puede dutar el aliento, arrancando las conchas dedonde estan pegadas, que a vezes tardan mas de un quarto de hora, i aun media, en hazer su pesca; i que para que puedan detener mas el aliento, les hazen, que coman poco, i manjares muy secos, i que sean continentes. I en otras partes refiere, r{ Idem Herr. decad. 4. lib. 1. cap. 9. }como un Luis Lampunano Milanes, se ofrecio hazer un ingenio para pescar estas Ostias, sin que la gente entrasse debaxo del agua, el qual ingenio se avia de tirar con una, o dos Caravelas, si bien esto no debio de tener efeto, aunque no es nuevo el pescarlas con redes, porque segun Eliano, s{ Aelian. lib. 14. c. 8. }assi lo hazian los Icthiophagos, Indios de la India Oriental. I lo que mas es, en el mesmo Herrera leemos, t{ Idem Herr. decad. 4. lib. 6. c. 12. in fine. }que junto a la pesqueria de Cubagua se descubrio otra, en una isla llamada Coche, de la qual, en solo el mes de Enero, se cogieron mas de mil i quinientos marcos de Perlas, i se esperaba, que en un ano se cogerian sobre mas de dozemil. Aunque despues se passo a la Margarita esta pesqueria, dexando la de Cubagua; porque dizen se fueron della los Ostiones por el rumor de la artilleria de los muchos navios, que acudian a aquella isla a la Contratacion de las perlas. Goncalo Hernandez de Oviedo, u{ Ovied. in hist. Ind. lib. 19. c. 1. & 2. & 8. quem vide. }contesta tambien en todo lo referido, i del lo tomo Antonio de Herrera. I luego haze capitulo particular muy digno de leerse, de la creacion, i duracion de las perlas, i que se envegecen, i por esso pierden de su valor. I de las muchas, i muy grandes que se hallaron en el mar del Sur azia el Darien, en la isla de Terarequi, i en otras partes, por el ano de 1515. una de las quales fue de peso de 31. quilates, de hechura de pera, de lindo color, i muy oriental, i la compro la Emperatriz a dona Isabel de Bobadilla, muger que fue de Pedrarias, que es la que entonces, i despues aca han llamado la Peregrina. I que el tuvo otra redonda, de peso de 26, quilates, i otra de talle de pera, que huvo en Panama el ano de 1529. que la vendio en 450. castellanos. I a estas perlas alude Pedro Martir en su suma quando dize, que vio vender una en 1200. escudos, i Simon Mayolo, x{ Maiol. dict. colloq. 18. de lapidibus, pagin. 318. }que refiriendo a Oviedo, dize, que se sacaban tan grandes como huebos de gallina. Con que no tienen nuestras Indias que embidiar, ni admitar las Perlas de Cleopatra, de que hazen tanta mencion, i estimacion Plinio, Macrobio, i otros Autores, y{ Plin. d. lib. 9. cap. 35. Macrob. lib. 3. Satur. c. 17. Maiol. ubi supra, Acosta d. lib. 4. c. 15. pagin. 234. }diziendo aver valido cada una cien mil ducados. I no es menos maravillosa la gran copia dellas, aunque no tan grandes, que despues se hallaron en la Florida, donde segun dize el Inga Garcilasso, z{ Garcil. en la histor. de la Florida, lib. 3. c. 14 & seqq. & c. 21. donde cuenta como las sacan. }estaban llenos los Templos, de caxas, i cestas dellas hasta los techos, i las mas eran como garbanzos, aunque algo morenas, porque las ahumaban los Indios para oradarlas. I aora de proximo se han descubierto las de las Californias, i toda su costa, de que cuentan tales Grandezas, que escuso referirlas por no alargarme. I por dezir algo de los diamantes, los quales, aunque se dan en mayor copia en la India Oriental, i en la Arabia, i otras Provincias, que refieren Simon Mayolo, i Bernardo Cessio, a{ Maiol. dict. colloq 18. ex pag. 312. Cessins d. tractat. de mineralib. lib. 4. p. 2. c 6. ex pag. 587. }juntando mucho, despues de Plinio, i otros, de sus virtudes, i propriedades, tambien se han hallado en estas Occidentales, de estremada perfeccion, i grandeza entre las minas de oro, i en otras partes, como se podra ver en el libro que tiene por titulo, Relaciones del Nuevo Orbe, b{ Relat. Novi Orb. sol. 9. & fol. 229. c. 5. & fol. 407. c. 29. & 253. c. 3. }que tambien trata de sus Rubies, que en Griego, porque imitan las brasas encendidas, se llaman Pyropos. I Camilo Borrelo, refiriendo a Garcia de Huerta, c{ Borrel. de praestant. Reg. Cathol. c. 28. n. 39. Garcias Horta, libr. 1. Simp. Occid. c. 48. } dize, que se hallan minas de diamantes en sus penascos, i montanas, i que en la provincia de Benager es mucha su copia, i rinden grandes derechos a nuestro Rey, porque son, i deben ser suyos, todos los que passan de treinta quilates, i cada quilate es del peso de cinco granos de trigo, aunque segun Mayolo, d{ Maiol. sup. pag. 312. }pocos se suelen hallar que sean mayores que una avellana. El mesmo Mayolo, alegando a Pedro Martir, i Goncalo de Oviedo, dize de los zafiros de nuestras Indias, i que aunque esta piedra no suele ser mayor que una almendra, se han visto algunos en ellas, mayores que huebos de gallina, i aun el Padre Eusebio e{ Euseb. Nieremb. in hist. natur. lib. 16. c. 16. }dize, que de ganso. I haze vn libro entero de otras infinitas piedras, taras, i extraordinarias, de que abunda este nuevo Orbe, i de sus virtudes, i propriedades, que nunca fueron conocidas por los Antiguos, i que ruedan los jaspes, cristales, corales, ambares, amatistes, i se hallan pocos, i fuentes de pez, i brea, i de otras aguas i betunes medicinales, i arboles de tantas i tan saludables resinas, que seria nunca acabar el querer referirlos. Pero no puedo passar en silencio lo que dize de la piedra que llaman, Coco de mina,f{ s. Euseb. dict. lib. 16. c. 1. } porque la he tenido en mis manos, la qual es como una gran bola, i a manera de los cocos que llevan las palmas, i la engendra la tierra, o por mejor dezir el Sol, en algunas Provincias del Peru, de las que llaman de arriba, i en estando madura, da la mesma tierra un gran trueno, despues de algunos temblores, como que quiere pari la, i despide, i arroja muy lexos de si la bola, o el coco, que se abre al salir en quatro, o mas partes, como solemos abrir las granadas, i todas se hallan llenas de Amatistes, Topacios, cristales, i otras varias piedras preciosas, mas, o menos perfetas, segun llegaron a madurarse. Sienten los Indios este trueno, como ya por la experiencia conocen su causa, i salen luego a buscar adonde ha parado la piedra, teniendose por dichoso aquel que la halla. I he dexado para lo ultimo, tratar de las Esmeraldas, aunque Plinio, i otros g{ Plin. lib. 37. c 5. Palmer. in vocal. metal Cessius d. lib. 6. p. 2. c. 4. sect. 4. Euseb. d lib. 16. c. 2. Maiol d. colloq. de lapid. pag 318. Covarr in Thes. ling. Castell. verb. Esmeradas, Leonic. de varia hist. lib. 2. c. 51. }la dan el tercer lugar entre las piedras preciosas, diziendo como se forman, quaxan, i labran, i la estrana grandeza de algunas que se han hallado. Porque ninguna region del mundo ha dado tantas, i tales como nuestras Indias, especialmente en las Provincias de Mexico, Nuevo Reino de Granada, donde esta la famosa mina que llaman de los Musos, i en el Peru, en la que por esto se dixo de las Esmeraldas, i en otras partes, de que hazen particular relacion, y muy digna de leerse, Pedro Mexia, el Padre Ioseph de Acosta, Antonio de Herrera, don Sebastian de Covarruvias, i otros Autores. h{ Mexia in Sylva, 4 p. c. 38. Acost hist. Ind lib 4. cap. 14 Herrer. decad. 4. pag 182 Covar. ubi supra, Garcilas. d. lib. 8. c. 23. } Donde dizen de las cinco Esmeraldas que Hernando Cortes traxo quando vino de Mexico el ano 1540. las quales perdio en la guerra de Argel. Los muchos quintos que rindio al Rey la mina de Somondoco Cacique en el Nuevo Reino. Las que hallo Francisco Pizarro en tierra de Manta, cuyos Indios adoraban por su Dios una, que tenian tan grande como un huebo de avestruz, i la hazian sus sacrificios, i que una India le dio al Francisco Pizarro una mayor que un huebo de Paloma, para moler maiz. I que en la Flota del ano de 1587. vinieron a Espana dos caxones de Esmeraldas, que tenia cada uno dellos por lo medos quatro arrobas. I Monardes refiere, i{ Monardes en su dialogo del hierro, in princip. }que en la Flota del de 1574. se traxeron del Nuevo Reino tres, entre otras, que se apreciaban en sesenta mil ducados. Con que podremos creer, que no serian menores, que el catino, o plato de esmeralda que oy guardan, i estiman tanto los Ginoveses, avido en la pressa de Almeria, quando la gano de los Motos el Rey don Alonso de Castilla, llamado Emperador, la qual antiguamente los Castellanos llamaron el santo Grial, porque se quiso dezir, que en aquel plato ceno la cena del Cordero Christo Senor nuestro con sus Dicipulos, aun que esto no es cierto, sino lo contrario, como lo advierte el Padre Acosta. k{ Acosta d. c. 14. vide Covar. dict. verb. Esmeraldas. }Concluyendo con dezir, que celebra la sagrada Escritura las Esmeraldas, como joya muy preciada, poniendolas assi entre las piedras preciosas, que traia en el pecho el Sumo Pontifice, como en las que adornan los muros de la Gerusalen celestial, sobre que discurren mas largamente los Padres Cornelio a Lapide, Ribera, Alcacar, i otros, que refiere Bernardo Cessio. l{ Cessius ubi supr qui plurimos refert. } Pero viniendo aora a tratar lo que es mas proprio de mi instituto, conviene a saber, que derechos llevan nuestros Reyes de estas perlas, i piedras preciosas, digo, que segun reglas de derecho comun, parece no debian llevar algunos, sino dexarlas enteramente a quien las hallasse, por concederselas el que llaman de todas las gentes, como lo ensenan algunos Textos, i alli los Dotores. m{ L 3. D. de rer. divis. §. item lapilli, inst. eod. ubi DD. & late Romul. in l. 1. D de adquir. poss. fol. 100. & seqq. }I en particular los que tratan de Regalias, n{ Cap. 1. quae sint Regalia, ibi: Argentariae, l. 2. & 4. titul 13 lib. 6. Recopil. cum alijs. }que parece, que pues se restringieron a incorporar en la Corona, i patrimonio Real de los Principes, solas minas de oro, i plata, i pocos de sal, no quisieron estenderlas a essotras cosas. I assi aun hablando del oro en polvo, que se halla en los rios, o en sus riberas, lo dixeron Francisco Marco, i Rebufo, referidos, i seguidos, segun parece, por Pedro Barbosa. o{ Marc. decis. 121. in 1. p. & decis 583. 2. p. Rebuf. in l. inter pub. de verbor. sig. Barb. in l divortio, §. si vir, n. 20. ver Praeterea, D. sol. matr. } Pero esta opinion es comunmente reprobada por los demas Dotores, que ensenan, que debaxo del nombre de metales, se contienen todas estas piedras preciosas, como ya lo dixe en el capitulo primero de este libro, i tambien en la razon que huvo de incorporarlos en la Corona, pues son igualmente dificultosas de hallar, i su precio, i estimacion no menos conveniente, que los metales, para la publica vtilidad, como lo consideran, i ensenan bien Paulo Castrense, Mateo de Aflictis, Bossio, Peregrino Hartmano Pistor, i otros Dotores que refieren, i siguen Regnero Sixtino, i Camilo Borrelo. p{ Castrens. d. §. si vir, num. 4. & cons. & cons. 3. 4. & 23 vol 2. & plures alij apud Regn. Sixtin. de Regal. lib. 2. cap. 16. n. 31. qnem vide, & Borrel. d. c. 28. per totum. } I de derecho municipal de nuestras Indias, no se puede poner en esto dificultad; porque luego que los Reyes Catolicos concedieron, que los particulares pudiessen tener minas de metales en ellas, pagandoles el quinto de lo que sacassen, libre de costas, que fue el ano de 1504. hizieron la mesma extension, i declaracion en la pesqueria de las perlas, que se comenco a introducir, por provisiones, i ordenancas para ello, despachadas el ano de 1512. i los siguientes, que se hallan en el tercer Tomo de las impressas, q{ Sched. 3. tomo, pag. 556. & seqq. late agens de quinto ex his rebus solvendo, Escalona dic. Gazoph. 2. p. ex pag. 102. }cuyas palabras son: "Tenemos por bien, que todos puedan ir libremente a tomar, i rescatar perlas, dando el quinto de las que assi tomaren, e rescataren para Nos. I assimismo, que las perlas que tomaren, i rescataren, que sean muy buenas, se puedan tomar, i tomen para Nos, dando a los tales armadores, i personas que las tomaren, rescataren, o pescaren, otra tanta equivalencia de las que a Nos cupieren del quinto, &c." I por una ordenanca del ano de 1513. r{ Extat d. 3. tomo, pag. 359. }se dize, hablando aun con mas generalidad, "Que todos puedan pescar, i coger perlas, i piedras preciosas, e otras qualesquier cosas, dando el quinto para Nos de todo ello, i que lo que no se pudiere partir por parte, se reparta por estimacion." I lo mesmo dan a entender Acosta, Oviedo, Herrera, i otros que he referido, quando encarecen tanto los quintos, que todas estas cosas rentaban. I porque en cobrarlos se debia de proceder con descuido, se despacharon muchas provisiones, ordenancas, i instrucciones para los Oficiales Reales, declarando, que ninguno tenga oro, aunque sea en polvo, ni plata, joyas, perlas, ni piedras, sin quintar, en las Indias, i que al que no las quintare se las tomen por perdidas, i ponen el modo en que se han de quintar, o marcar las que no fueren capaces de recebir en si el golpe del cuno Real. I por otras cedulas mas nuevas esta ordenado, que los quintos destas perlas, que pertenecieren al Rey, no se vendan en las Indias, sino que se embien en grano a la Casa de la Contratacion de Sevilla, por si necessitare dellas para sus usos. I en quanto al modo que se ha de tener en su pesqueria, por el gran trabajo que en ella passen los Indios, i los muchos que consumian, ay tambien particulares cedulas, i ordenancas, consecutivas a las que he referido, i tengo ya dicho algo en otro capitulo. s{ Supr. lib. 2. cap. }I cierro este con dezir, que ay Autores, que encarecen sumamente las riquezas que en si encierra el mar, i son de opinion, que se reservan para el Anti-Christo, i que se le han de manifestar todas, como alegando muchos, lo tratan Delrio, Pineda, i Maluenda, t{ Pine d. in Salom. pag. 232. Maluen. de A. 1 tichr. lib. 6. c. 12. & sequent. Delrius de Magia, 1. p. pag. 79. }* * *