I despues he sabido, que otro Religioso del mesmo orden de S. Agustin vino a Espana por Buenos ayres, i prometio descubrir este proprio Tesoro, i se le concedio licencia para que le pudiesse buscar, con que la mitad fuesse para su Magestad, i la otra mitad para el; pero con igual sucesso, que el Provincial. I dandonos a entender con su exemplo, quan prudente es la dotrina de Camilo Borrelo, s{ Borrell. de praestan. Reg. Cathol. c. 28. nu. 55. }en quanto aconseja a los Principes, esten siempre con advertencia, de no dar credito facilmente a estos, que les prometen, i asseguran Tesoros, i minas, hasta tener entera satisfacion, de que lleva camino lo que les persuaden, porque de otra suerte, demas de los gastos, a que vanamente se exponen, quedaran frustrados, i burlados en su esperanca, i sujetos a que el pueblo tenga esto por liviandad, i les de en rostro con ella, como dize Cornelio Tacito, t{ Tacit. libr. 16. annal. }que le sucedio a Neron, por aver dado credito a un Cesselio Basso Cartagines en relacion semejante.