¶ El segundo es, amar mucho a Dios, que ansi para enlas cosas de dios, como para en las del mundo, quien bien quiere se guarda de haʒer agrauios y offensas a quien bien quiere. Y quien mucho quiere: aun delas pequeñas se ha de guardar, que de aqui ha de nascer el verdadero proposito de no offender a dios. Y haga V. M. cuenta que passo por Salamanca, y oyo vn pedaço de nuestras liciones, que yo no se otra cosa, ni tengo espiritu para mas. Que enla verdad entre las personas espirituales, no se trata como no se offenda dios, sino como mas se sirua. Y donde ay alguna parte de perfection, tienen perdido el miedo de offender: y ay cuydado de seruir. Yo como no se nada desto hablo, no como con V. M. sino como con otras personas, a quien nuestro se ñor aun no ha hecho tãta merced. De Salamãca .