TAnta es la excelẽcia de las letras, y tan grande ſu eſtima en todas las edades, gẽtes y naciones, de que por experiencia, o lecion ſe tiene noticia, que los Reies, Principes, y grandes ſeñores, y muchos Reinos, y ciudades (a quien parece q̃ ſus grandes hechos y potencia aſſegurauan la eternidad) no ſe tuuierõ por ſeguros, ſi a las letras no ſe encomendauan. Lei juſta, y conforme à razon q̃ los Principes cõ ſu poder amparen lo que les da la eternidad que procuran. Las proezas ſeñaladas, y grandes hechos de armas (por heroicos que ſean) con ſus auctores, y con la memoria de los que ſe hallan preſentes ſe acaban, ſi las letras no les dan vida y perpetua memoria. Los grandes edificios que à tanta coſta de tiempo y dineros ſe fabrican, vna vez pueſtos donde ſe fundaron, no cauſan admiraciõ mas de à los que los tienen preſentes, por que no pueden ler arrancados, ſino para ſer deſtruidos. Mas los libros y letras andan por todo el mũdo, y como el anima de el hombre (en quiẽ las letras tienen ſu aſsiento) ſiendo incorporea, cõ ojos inuiſibles vee lo que con los de el cuerpo no ſe puede alcançar, y es inmortal, no ſubjeta à corrupciõ alguna, aſsi lo es la gloria que de ellas procede, q̃ aun que cõparada con la verdadera (que ſolo cõſiſte en el conoſcimiẽto de Dios, y gozar de ſu diuina Mageſtad) es menos que ſombra, ſin duda es la mas auẽtajada de todas las otras que en eſte mundo ſe pueden dar. Pues ſi eſta obligaciõ y reconocimiento virtuoſo, de amparar las letras, fauorecer à quiẽ las ſigue, y premiarlos, ha ſido particular eſtudio de Principes virtuoſos, que ninguna parte tuuieron en ellas, quanta mas obligaciõ tiene vueſtra S. Iuſtriſsi. de fauorecer los eſtudios, en q̃ Dios en ſu edad le hizo ſolo, y le dio tãto grado, quanto no ſabemos otro que le iguale, y à la gran ſabiduria de que le hauia dotado, aiunto la ſuma poteſtad en el tiempo que ſu Igleſia, y eſtos Reinos maior neceſsidad tenian, para que ellos fueſſen reparados, y los enemigos que los quieren deſtruir confundidos. Quien puede mucho, ſi ſabe poco no puede fauorecer las ſciencias que no ſabe, por la miſma razõ à el que ſabe mucho, ſi puede poco, no le le puede pedir que de à la ſciencia el fauor que para ſi no tiene. Eſtas dos partes que tan dificilmente en muchas edades ſe han buſcado jũtas, en la nueſtra (para biẽ de eſtos Reinos, y remedio de ſu vniuerſal Igleſia) con vnion indiſſoluble las ha aiuntado Dios, ſocorriendo cõ el maior remedio à la maior neceſsidad. Podra ſer, que à algunos parezca q̃ tomo oficio ageno y nueuo, qual para mi ſeria ſi fueſſe liſongero, yo creo, que ni yo, ni otro jamas haia vſado de maior y mas verdadera libertad, y cõ eſto mas importante de la que al preſente tracto, ſi en nõbre de la Republica Literaria de eſtos Reinos, repreſentare à vueſtra S. Iluſtriſs. (como en vn eſpejo) la ſuma de ſu vida con tanta verdad, que ninguno con ella pueda contradezir lo que en preſencia de quãtos oy biuimos ha paſſado, y le proponga, ſu vida paſſada à que le obliga en lo porvenir, para que ſiguiendo ſe àſi miſmo, y dando à tan glorioſo principio el fin q̃ merece, eſpere de Dios el premio, y de los preſentes el verdadero teſtimonio para los q̃ deſpues vernan, como por el contrario le han dado, à los que confiados en ſu poder y auctoridad (que en ellos y cõ ellos tuuò fin) quiſieron mas ſeguir ſus apetitos, que lo que àſu honra tocaua. La patria (començãdo de los bienes, que los Filoſofos llaman extrinſecos) porque ſon fuera de el animo (donde eſtan las riquezas verdaderas) dioſela Dios, la mas Iluſtre de eſtos Reinos la Imperial ciudad de Toledo, Silla Real de Heſpaña en lo Eſpiritual y Temporal, deſde tiempo de los Godos, y la mas principal de el mundo deſpues de la. S. Igleſia de Roma. Su Genitura y Conſtellacion en que nacio, admirable, entre otras excelencias q̃ notoriamente mueſtra, eſ la maior, q̃ ſu propria virtud y partes, ſin otra negociacion, o aiuda extrinſeca, le dã el lugar q̃ tiene, y ſiẽpre le ha dado el q̃ ha tenido, como de Catõ ſe dixo, q̃ el miſmo fue maeſtro de ſu fortuna. A eſtas cauſas naturales ſe allega el Prognoſtico eſpiritual q̃ ſe pudo hazer, đ quiẽ nacio dia de el bienauẽturado Apoſtol Sãctiago patrõ de Eſpana, que a ella truxo la Fe, y aſsi como cõuiene con el vueſtra. S. Iluſtriſſ. en el nombre, cõuiene en los oficios de ſer Perlado eſpiritual, y patron ſeglar de Eſpaña, y entrãbos conuienen con el primero Iacob glorioſo Patriarcha, de quien toman el nombre, para (como el) mudarle en Iſrael, q̃ quiere dezir varõ q̃ vee a Dios. Fue aquel dia tan vẽturoſo para la Corona de Caſtilla, que al puncto que vueſtra. S. Iluſtruiſſ. nacio, ſe gano Pãplona, y ſe entero en el cuerpo de eſtos Reinos el de Nauarra, q̃ de tantos años atras (contra derecho y juſticia) de eſta Corona eſtaua enagenado, proueiendo Dios milagroſamente à el remedio de aquel Reino, para q̃ no ſe perdieſſe, por dõde Heſpaña fueſſe deſtruida. Paſſo las de mas partes (que tambien entre Filſofos ſon extrinſecas) de que Dios tan abundantemẽte doto à vueſtra S. Iluſtriſsima, como es la compoſicion y figura exterior, con que ſatisfaze la dignidad que tiene, y tan amable, que llama para ſi la aficion y reuerencia de todos. Las riquezas dioſelas Dios deſde ſu primera edad tan baſtãtes, que no le deſuanecieſſen à coſas impertinentes, y pudieſſe ſin ninguna neceſsidad (que es muy contraria à los eſtudios) ſeguir ſus letras. En la nobleza de linage no preſento mas teſtigo de el Iluſtre y ſancto Colegio de S. Saluador de Ouiedo, donde à vueſtra S. Iluſtriſs. conocimos en Salamanca, con el habito de aquella ſancta caſa, donde tan riguroſo examen ſe haze ſobre la limpieza de linage y coſtumbres, de quien en ella ha de ſer admitido. Vengo à las otras partes intrinſecas, y riquezas eſpirituales que vueſtra S. Iluſtriſs. (como Vlyſſes) puede dezir que es caudal ſuio, en cuia propriedad ningun otro tiene parte (aunque en ſu fructo todos la tenemos, y ternã los venideros) que es ſu Doctrina, compueſta de tan hermoſa ſubſtancia, como ſon las ſciencias de los Derechos Ciuil y Canonico, y de la ſancta Teologia, adornada de tan hermoſos accidentes, como ſon las lenguas Latina y Griega: Hiſtoria ſagrada y profana, y conocimiento de todas las artes liberales, con que antes que ſalieſſe de el eſtudio, ſiendo Catedratico, fue Principe de la Eſcuela de Salamanca, con vno de los maiores auditorios que antes, ni deſpues en ella ha hauido. Si mi teſtimonio como de diſcipulo antiguo, oiente y ſeruidor ſuio, es ſoſpecho ſo, preſento por teſtigos las Obras que vueſtra Iluſtriſs. S. ha eſcrito, conſiderenſe en Quãtidad, o en Qualidad: en Quãtidad, ſabemos que ningũ Heſpañol antiguo, ni moderno ha eſcripto tanto, ſi no es el. S. Obiſpo Toſtado, à quien vueſtra S. Iluſtriſsi. es ſegundo, y comarcano enel numero de libros, como en los terminos de el Obiſpado. ſi en Qualidad ſe miran, preſento por teſtigos, las Impreſsiones multiplicadas, que de ellas ſe hã hecho en eſtos Reinos, y fuera de ellos, ſin que las penas de los priuilegios fueſſen parte para impedirlo, por la demanda y neceſsidad con que ſe piden, El vſo que de ellas hai, declaren las alegaciones de los eſtrangeros, no ſolo Iuriſtas, ſino con ellos de todos los q̃ profeſſan conocimiento de lenguas y letras de humanidad. Haſta ahora no he referido coſa alguna en q̃ pueda caer adulaciõ, ni ſoſpecha de ella, porque es el hecho deſnudo, que ni ſe me puede negar, ni y o colorarle en alguna manera, mas de proponerle, y cõ el la peticion de todo el mundo a Heſpaña, y de Heſpaña a Caſtilla, y de Caſtilla a vueſtra. S. Iluſtriſſ. que le dize. Mira gran Perlado las partes que Dios te dio, y las que yo de mi te he dado, mira la neceſsidad vniuerſal que el mũdo tiene de mi, y la que yo de ti tengo. La Religion en todas partes diſsipada, a mi y de mi pide ſu remedio, la paz eſta perdida, los enemigos de Dios viſibles y inuiſibles, por pecados del mundo eſtan pujantes, Italia ha afloxado en letras, Francia y Alemania valiera mas que no las tuuieran, la quietud publica temporal y eſpiritual de la Chriſtiandad de mi ſola pende, la que en el mundo hai yo la doi alos que no ſon de mi gremio, la que hai, de mi ſola ſe eſpera, y yo de ti ſolo, en el ſeruicio que hizieres, a mi cabeça Rei y ſeñor que en el ſupremo gouierno te puſo. Eſto es Iluſtriſsimo ſeñor, lo q̃ Caſtilla pide, la obligacion que contra vueſtra Iluſtriſſ. S. preſenta ſon las partes que le ha dado, y lo q̃ deue a quien es, quando en todo eſto vueſtra. S. Iluſtriſſ. huuiere hecho lo que de el ſe eſpera, y pienſe que ha pagado, queda mas deudor que antes, porque la paga ſe paſſa a la plana de la deuda, y por mucho que de vueſtra. S. Iluſtriſſ. ſe reciba, ſiempre ſe eſpera mas, la contienda es conſigo miſmo, de vencer vnos beneficios con otros maiores, eſpecialmente en el fauor de las letras, y eſtudios, que de ninguno hã ſido peor tratados, ni mas desfauorecidos, que de quien mas obligacion tenian a darles fauor, a el que lo merece, ſe le deue por ſu juſticia, a quien no lo merece, de gracia, para que otros ſe animen, en eſtos ſegundos entro yo, y en reconocimiẽto de la doctrina que antiguamente, primero de la boz biua, y deſpues de la Eſcriptura de vueſtra. S. Iluſtriſſ. recebi, y de las mercedes y fauor que ſiempre ha hecho a los Eſtudiantes, y a mi como a vno de ellos, y para mueſtra de la comun alegria, que todos en general (y yo cõ el vulgo) hemos recebido, enla merced que ſu Mageſtad ha hecho a eſtos Reinos, cõ la elecion de vueſtra. S. Iluſtriſſ. para Alferez de ſu juſticia, y Adelantado de ſu gouierno, no ſupe como mejor declararla, que con eſtos papeles que a vueſtra. S. ſe preſentan, los quales no ſuplico a vueſtra. S. Iluſtriſſ. ſean amparados cõ particular defenſa, pues no es juſto ſe les de ſino ſon dignos de andar en el vulgo, y ſi lo ſon, baſta les tener olor dela doctrina de vueſtra S. Iluſtriſſ. cuia Reuerendiſsima perſona guarde nueſtro ſeñor, y tenga, de ſu mano, en la ſalud y proſperidad que ſu vniuerſal Igleſia, y eſtos Reinos han meneſter. De Madrid. XV. de Março, Año M.D. LXXIII.