DEL DOCTOR IVAN Rodriguez de Leon, al libro del Licenciado Antonio de Leon ſu hermano. PROLOGO. ESte libro, con ſingular eſtudio trabajado, i con dilatada noticia eſcrito, es el primero, en que ſe vè doctamente epilogado Real Derecho de Indias: tan neceſ ſario para conſervarlas, como deſeado para ennoblecerlas: trabajo, con que florecen los antiguos eſtatutos del Nuevo Mundo; que por no aver pluma, que los recordaſ ſe con memoria, temian tiempo, que los deſpreciaſ ſe con olvido: para que pudieran quexarſe los hijos de mas anciano ſiglo, del deſcuydo del nueſtro, del qual deven eſperar leyes, que los adviertan, i anales, que los animen, para tener luzes en el govierno, i exemplos en la vida. Cauſa de averſe alentado los primeros deſcubridores, à perder de viſta ſus patrias, peregrinando las eſtrangeras, i eſtendiendo el Imperio Eſpañol; dexando en las ultimas lineas de la tierra, aun no callados, los ecos de ſus nombres. La importancia deſte aureo tratado, ſe conoce en la neceſsidad de aquel experimẽtado govierno; adonde las leyes ſabidas de pocos; ſuelen cauſar da ño à muchos. Conſideracion, que obliga à los ſuperiores à ſolicitar, que no las ignoren los ſubditos, ſiendo manifieſtas à todos: Ne aliquid per obſcuritatem in captione contineat. Adviertelo el capitulo: Erit autem lex, 4. diſi. porque de la ocultacion de la ley, ſuele ocaſionarſe el quebrantamiento della, como dixo Guillermo Fornerio, lib. 1. ſelect. cap. 24. i aſsi merecio Cneo Flavio, ſiendo Edil, los elogios de Tito Livio, i Valerio Maximo; porque mandò publicar los eſtatutos politicos de Roma; adonde uſaron los Pretores poner ſus edictos anales, en el lugar llamado, Album, para que, en tanto, que obligavan a la obſervancia, no ſe eſcondieſ ſen a la noticia. Diſcrecion no olvidada en el barbaro Imperio de los Indios de Mexico: que (como afirma el Autor de ſu Monarquia) cantavan ſus hiſtorias i leyes, ſiendo letras de ſu muſica los fundamentos de ſu govierno: para que no faltaſ ſen a la memoria, quando ſe pidieſ ſen a la juſticia. Vſo a quien deven el nombre las cantilenas, i romances; porque dixo Ariſtoteles en la ſeccion 19. de ſus Problemas, que antes, que los hõ bres ſupieran las ciencias, cantavan las leyes, para no olvidarlas: coſtumbre, que en ſu edad ſe con ſervava entre los Agatirſos: An quòd homines priuſ quam literas ſcirent, leges canebant; quod etiam noſtra atate Agathirſis in more eſt. El provecho deſta noticia ya le tiene autorizado la experiencia; i con particulares circunſtancias, ſe deſcubre en las Indias, cuyos naturales, haſta oy de ruſticos talentos, no tienen otro amparo al ſer juzgados, ſino el de las leyes con que ſon defendidos: ſaliendo no pocas vezes agraviados, porque en la memoria de los juezes faltô la ciencia de las cedulas, que no todos alcançan. Eſcrupulo, que movio al Real Conſejo de Indias à començar â publicar la nueva Recopilacion dellas, en que el Autor deſte libro ha trabajado ſiete años, ſiendo neceſ ſarias tantas vigilias, para vencer tan dificil eſtudio. Para eſcrivir aſ ſumptos deſte ſemblante, es for çoſo, no ſolo aver eſtudiado, ſino aver viſto; porque ſiempre fue mas acertada la experiencia remitida à los ojos, que la noticia preguntada à los teſ tigos: Fælices illos, quorum fides, non per inter nuncios, ſed ab ipſo te, nec auribus, ſed oculis probatur. Dixo Plinio en el Panegirico de Trajano. Eſcrivir el Autor, con tan infalible verdad, de las Indias, ſin averlas viſto, pudieraſe afirmar ſer impoſsible, pero digaſe, que es dificil: porque declarando tantos pedaços de hiſtoria, ſin aver navegado los mares, ni caminado las tierras, no ſe como eſcuſ àra grandes yerros, que cauſa ignorar la navegacion, i notables abſurdos, que ocaſiona al que eſcrive de las Indias, no aver eſtado en ellas. I aunque la licion de los que enſeñan con experiencia, puede enmendar la falta de los que hablan con noticia, aunque ſe conociera el eſtudio, ſiempre ſe temiera el eſcrupulo: porque el que ha oido, dize, i el que ha viſto, ſabe: i como ſiente Plauto, vale mas un teſtigo de viſta, que diez de oìdas. Pluris eſt oculatus teſtis unus, quàm auriti decem, Qui audiunt audita dicunt: qui vident planè ſciunt. Con gala lo ſignificô aquel antiguo Hieroglifico, en que ſe pintavan dos eſcritores, i por orla parte de un verſo de Virgilio: Experto credite. Por eſto diria Marco Varron: Experientia, & uſus dominantur in artibus. Reſidenciandoſe eſta falta en inſignes historiadores, como de Zozomeno, el mas docto entre los de la hiſtoria Tripartita, lo juzga ſan Gregorio, lib. 6. epiſtol. 31. que no ſe reprehende en Polibio, por averſe exercitado en lo militar i civil, caminando gran parte de Europa, Aſia i Africa, i conociendo las coſtumbres de las gentes antes de eſcrivirlas, ſiendo infatigable compañero de Scipion en los caminos, i en las guerras, para que ſe reſpetaſ ſen en ſu pluma las experiencias, i las peregrinaciones: porque es de prudente eſcritor, no ſolo declarar los ſuceſ ſos, ſino las cauſas dellos: Cùm peudentis viri ſit, non tantum adfirmare ita eſ ſe, ſed. cur ita ſit, dize Iuan Bernarto. La experiencia, i la licion, que eſte libro publica, ſon muy amigas de la juriſprudencia, por ſer la hiſtoria neceſ ſaria en ſus profeſ ſores. Dixolo, como tan docto entre ellos, Levinio Torrencio en la Prefacion à Suetonio: In quo nema excelleret (hablando del Derecho) qui non hiſtoriæ, ac antiquitatis omnis peritiam ſibi comparaſ ſet. Bien lo manifieſtan las leyes Atilia, Cincia, Cornelia, Fabia, Falcidia, Fania, Iunia, Norbana, Papia, Letoria, Licinia, Popèa, Petronia, Scribonia, Iulia Caducaria, Iulia Ticia, Iulia Miſcela, i otras muchas, cuyas deciſiones eſtan fundadas en la hiſtoria, i no ſe pueden declarar ſin ella, ſiendo el ignorarla, ocaſion de graves abſurdos, de que eſtan reprehendidos Bartulo i Acurſio. Bien ſaben los Iuriſperitos los deſalumbramientos, que ſe han dicho, ſobre la l. 7. §. eſt, ff. de inter. & rel. por las palabras, in Ovaſin relegare faciles de entender al que huviere leìdo el capitulo 7. del libro primero de la hiſtoria Eſcolaſtica de Evagrio, que dize ſer Ovaſin un lugar deſierto en Africa, adonde echavan á los deſ terrados. La ciencia del Autor en las hiſtorias de Indias, quando no eſtuviera declarada en el Epitome de la Biblioteca Indica, apenas ſalido de las prenſas, i ya alabado de los doctos; en la porta deſte libro ſe conociera; cuya eſtampa en el dibujo curioſo enſeña la licion grande, tanto en apropiar la pintura à la obra, como en retratar lo imitado con la propiedad; ſobre poniendo, en lugar eminente, las armas del Real Conſejo de Indias, con el Plvs vltra, que abraça las colunas: deſengaño de los q̃ en las de Hercules, imaginaron fenecido el continente de la tierra, por uer, como eſpirando, en braços del mar, la longitud de Europa; guardando las eſpaldas â la Isla de Cadiz, que no ſerà poca dicha tenerlas ſeguras. Las Coronas imperiales ſignifican, duplicado el Imperio Eſpañol con el deſcubrimiento del Mundo Nuevo; cuyo viage recuerda la nave ſobre el mar, valiente empreſa de Criſtoval Colon, en que ſe embarcô la Fè, a buſcar los habitadores de tan remotos climas; que parece profetizarſe por Eſaias: Meæ enim Inſulæ expectabunt, & naves maris, leyendo Forerio, Naves Tharſis, cum primaria, como ſi ſeñalara armada Eſpañola, i Capitana ſuya; provable fundamento para mas eſpacioſa pluma. Ni eſ tan pueſtas ſin intento muy particular, pues la orla, Pro Indiarum Regio Senatu, da à entender, que donde ſe trata de Confirmaciones Reales, propiamente ocupan las armas, el lugar del Supremo Conſejo, que las concede, en nombre de la Real perſona. El Indio retrata el rico i poderoſo Reyno del Perù, con trage de Inca, calçadas las uſutas, i pueſto el llautu, con que reiteradamẽte ceñian los Reyes la cabeça con la borla colorada, i dos plumas blancas i negras, robadas de los cuchillos de las alas à las aves, q̃ llamavã , Conquenque: reſpetadas por eſta, deſde Villcanuta, adonde ſe criavan, haſta los ultimos terminos del Imperio en que ſe pedian. El arma, q̃ tiene en la mano, es en forma de parteſana, la qual davan al que armavan Cavallero, i le llamavan, Champi, diziendole al entre garſela: Auca cuna pac. para los crueles tiranos. El animal de que ſe acompaña, es el que llaman, Huanacu-llama, no poco ſemejante al Camello; i tan neceſ ſario en las Provincias del Perù, como ignorado en las reſtantes del mundo; i aſsi propio de aquellas. Tiene el Indio en la mano el Cerro de Potoſi; Indiano Olimpo, â quien el Sol fia ſecretos de plata, que aun no ha ſabido un monte callarlos. Su altura parece, querer borrat los atreboles a las nubes, con tan hermoſa viſta, que entre muchos cerros que le acompañan, ſe deſcubre con dominio ſobre todos; que mucho, ſi es tan rico? Tiene en ſus faldas el que llaman, Huayna, hijo ſuyo, que aun los montes parecen bien con herederos. Eſte ha dado à Eſpaña deſde el año de 1546. que ſe deſcubrio, mas de quatrocientos i ſetenta millones: que liberal no ſe can ſara? Aſsi dixo Benzono: Nequè enim tantæ magnitudinis ullus mons eſt; quem ſi ſemper inde tollas, at nihil reponas, al quando non exhauſeris. Cauſa de embidiar tanto las naciones eſtrangeras à eſta Monarquia; que confieſ ſan cõ eſto la mas poderoſa. Con peſar lo dize Gualtero Raleg: Ipſo enim facto deprehẽdimus , Regem Hiſpanum, propter divitias, & opes Regni Perù, omnibus totìus Europæ Monarchis, Principibuſque ſuperiorem eſ ſe. No llegando los Incas â la ſuma poteſtad, por no aver conocido eſte Cerro: ya caduco, i ſuſtentado ſobre eſtacas; con tantos ſocavones, flaco, i con tan pocos mitayos ſervido: tiene muchas enfermedades de pobre, que ha ſido rico. Las armas, que acõ pañan al Indio, ſon las de los Reyes Incas: en eſcudo azul dos culebras de oro, enlaçados los eſtremos, teniendo en las bocas el llautu, con la borla colorada, que fue la inſignia Real; con el Sol de oro, i la Luna de plata. Ponian en el eſcudo al Sol, porque le adoravan, preciandoſe los Incas de ſus deſcendientes, i llamandole ſu padre. Lenguage, que en otros era blasfemia, i los apedrearan, ſi ſe atrevieran â uſarle. La Luna, con las miſmas circũ ſtancias , dezian ſer primera madre de ſus Pallas i Coyas, que eran las ſeñoras i Reynas; dibuxando las culebras, ſino para ſeñalar la prudencia de ſus mayores, para reconocer la inmunidad de ſus fabulas, con que creìan, poder los Incas trãsformarſe en ellas, como lo fingio Atahuallpa, afirmando, que en la guerra de ſu hermano Huaſcar, eſtando preſo, le avia convertido el Sol en culebra, i que en eſta forma ſe avia librado de la pri ſion: tanto credito davan â ſus Reyes eſtos barbaros, cuyas palabras juzgavan infalibles en el credito, ſiendo falſas en la ficcion. La India, ſignificando la Provincia de Nueva Eſ paña, en ſu cabeça Mexico, no eſtà ſin miſterios en la pintura, ni ſin antiguedades, en la hiſtoria: coronada de plumas, hermoſa gala de aquellas gentes, cuya antigua riqueza conſiſtio tanto en la plumeria, como ſe vio en los inmenſos camarines del Rey Motezuma, de cuyo deſpojo embiò don Fernando Cortès curioſas obras al glorioſo Monarca Carlos Quinto, que admirò por lo nuevo, ver que la pluma ſuplieſ ſe en la pintura tan vivamente la falta de los pinzeles. Tiene en la mano un ramo, cuyas flores ſuſtentan al miſterioſo paxarillo, que llaman Huitzitzilin; en cuya pequeñez ſe buſca la mas precioſa pluma, para formar imagenes de ſus viſos i colores. Eſta avecilla, como eſcrive Fr. Iuan de Torquemada, en llegando el mes, en que el invierno comiença à agoſtar los campos de Nueva Eſpaña, i a deſpojarlos de las flores, cuya belleza es tan breve, buſcando eſcondido lugar en las eſpeſuras de los arboles, aſsido de un ramillo, como ſi fuera hoja del, ſe queda ſuſ pendido, i al parecer muerto, i ſin actos vitales, haſta la primavera, que con las primeras aguas le recuerdan los truenos, deſpertandole del ſueño miſterioſo, con eſpereços i ſeñales de aver dormido, bolando à buſcar las flores, que ya dan a los prados viſtoſa librea, ſin empeño coſtoſo, añadiendoſe deſpues, i ſacando ſus melindroſos polluelos, que ſe crian atomos de pluma, i buelan ramilleres de colores. No buſque el curioſo mejor ſimbolo de la reſurreccion, que eſta avecilla puede igualar la pompa de la Fenix, i ſer ſingular en la advertencia del miſterio. El paxaro, que eſtâ al lado de la hermoſa Mexicana, es el que fingieron ſus hiſtorias (conſervadas en los cantares i muſicas) que avia movido, deſde la Provincia de Aztlan, las quatro familias Mexicana, Llacochalca, Chalmeca, i Calpilco: porque dizen, que oyendo cantar eſta ave; i pareciendo, que dezia, Tihuì , que ſignifica, Ya vamos, uno de ſus Sabios, cuyo nombre era Huitziton, reparando en el canto, fundô la invencion, i comunicando la cõ Tecpatzin, hizieron que creyeſ ſe el pueblo, llamarlos aquel paxaro à buſcar una ventura grande; moviendoſe todos à ſeguirla, con poneſre en camino: i llegando al lugar Hucyculhuacan, ſe les aparecio el Demonio en forma de un idolo, diziendo, que era Huitzilopuchtli, que quiere dezir, Dios de las batallas; haziendoſe llevar en un ſitial con el acto tan celebrado, â que puſieron por nombre Teoma ma, i mandando, que ſe quedaſ ſen las demas familias, eſcogiendo la Mexicana, i poniendole una ſeñal a cada uno della en el roſtro, dandoles arco i flechas, i el Chitatli, que es una red en q̃ hechan xicaras, como la, que el paxaro tiene en el pico, los guiò a Mexico: con tantos remedos: del viaje de los Iſraelitas, ſaliendo de Egipto, que parece afectò el Demonio, con mentiroſa idolatria, repreſentar ſombras de aquellos ſuceſ ſos. Eſtos fundaron à Mexico, juntandoſe en un lugar llamado Temaycaltitlan, en medio de la laguna, i decretando, que dos de ſu familia, que fueron Axolohua, i Cuauhcoatl, eligieſ ſen ſitio entre aquellos Iuncales i carrizos para la fundacion, ſenalandole, adonde dizen fabuloſamente, que ſe les moſtrò una peña, con un Tunal nacido en ella, ſobre el qual eſtava una Aguila, rodeado todo de azules aguas, ſiendo eſte el Tenuchtli, que agora tienen por armas, como ſe vèn en el eſcudo, que advierte eſta hiſtoria. Tanto importa ſaber las de las Indiaſ, aun para entender la eſtampa de un libro: fiado à docto Mecenas à quien ſe dedica, cuyos eſcudos de armas aſ ſeguran proteccion al que le eſcrivio concertadas noticias, buſcadas en la multitud de Autores, que ha leìdo, como lo dize ſu Biblioteca, impreſ ſa, con aſ ſombro de los mas leidos, i eſtimacion de los mas curioſos: adquiridas en diez i ocho años de Indias, adonde en los cargos que tuvo, i en los eſtudios que trabajò, moſtrò con evidencia, que no avia hecho tan largos viages para quedar rico, ſino para ſer ſabio; que como dixo el Autor de los Proverbios en el capit. 11. Beatus homo, qui invenit ſapientiam, & qui afficit prudentia, melior eſt acquiſitio eius, negotiatione auri & argenti. Buelvan los mas de las Indias cargados de oro i plata, q̃ no vino pobre el q̃ llegô a ſu patria docto; porq̃ parezca coſa de otro ſiglo (como dixo S. Bernardo en el lib. 4. de cõ ſiderat .) venir uno de la tierra del oro ſin traerle, i paſ ſar por el cerro de la plata ſin buſcar la: Nõ ne alterius ſ æculi res eſt, redÿſ ſe legatum de terra auri ſine auro? tranſiſ ſe per terram argenti, & argentum neſciſ ſe? Eſta hazaña ya comiença à verſe premiada; i deſempeñandome de lo que dixe en la Biblioteca del Autor, de que no conocia mayor ſujeto en materias de Indias, lo mueſ tra tanto en eſta, que admiraràn los de aquellos Reynos ver, que aya en eſtos, quien enterado diſ curra en todo, con tan cierta noticia, que los miſmos naturales de las Provincias con hablar de todas, no pudierã alcançar de ſus tierras propias lo q̃ hallarân en eſte Tratado: q̃ da fianças de muchas obras, q̃ eſtã eſcritas, para ſalir a luz; tã ſingulares en los aſ ſumptos, como doctas en los eſtudios; que reſpetando la mayor de la Recopilacion, eſperan deſocupada pluma enriquezer; el govierno eſpiritual de Indias, con el Bulario; las hazañas de Chile, con ſu hiſtoria; las antiguedades de Lima, con ſus grandezas; el Ofir de Gaſpar Barrero, con traduccion i notas; el Cerro de Potoſi, con ſu deſcubrimiento i grandezas; las Indias todas, con la nobleza dellas; las coſtas de aquel mundo nuevo, con la Iberica expugnada; el Real Conſejo de las Indias, con ſu fundacion. Muchas vigilias ſuponen eſtos trabajos, no ſiendo ſu menos eſ timable calidad el ſer univerſales, para todas aquellas Provincias, como lo es el Autor para cada una. Yo no los alabo por lo que me tocan; i porque, como dixo ſan Enodio en la 10. epiſtola de ſu lib. 1. Temo ne amor currat in vitium. Eſpero, que eſte libro ocaſionarà el deſear los otros; i que el tiempo llegarâ à laurear con fama, à quien eſcrive con humildad.