Y por e
ſs
ſso començ
ò Xpo
Nue
ſstro Señor cone
ſstas palabras tan
ſsentidas (
Væ mundo à ſscandalis
) a llorar los males, que en el mundo cau
ſsarian los e
ſscandalos: a
ſssi a
los que los dan, como a los
que los reciben, a fin de que
todos temie
ſs
ſsen, y huye
ſs
ſsen
de darlos, y recebirlos. Pues
a los
q̃
que
los dan e
ſsperan grandes ca
ſstigos: a
ſssi en e
ſsta vida, como en la otra, y los
q̃
que
los reciben,
corrẽ
corren
tambien
muchos, y
grãdes
grandes
peligros:
porque
ſsi
ſson buenos dañan
ſse,
haziẽdoſe
haziendose
malos, y
ſsi
ſson
malos
ſse hazen peores. Y
e
ſsta es la
razõ
razon
porq̃
porque
Chri
ſsto
Nue
ſstro Saluador (ò
ſsea reprehendiendo, como a algunos les parece) o compadeciendo
ſse, daua
ſsu
ſspiros
por los males que ay en el
mundo, nacidos de los
eſ
cãdalos
escandalos
, pues no
ſsolo el dar
e
ſscandalo,
ſsino tambien e
ſs
candalizar
ſse, trae con
ſsigo
muy gran daño, perjuyzio,
y ruyna de entrambos: que
e
ſs
ſso quiere dezir
eſcãdalo
escandalo
.
Y a
ſssi, el gran Padre S. Iuan
Chri
ſso
ſstomo,
ſsobre
aq̃llas
aquellas
palabras del Apo
ſstol S. Pablo.
Ad Corint. 1. cap. 8. Et
peribit infirmus in tua ſscientia
frater propter quem Chriſstus
mortuus eſst?
A punta la boca
de oro quatro
circunſtãcias
circunstancias
que afean, y agrauan
ſsobre
manera el e
ſscandalo. La
primera,
ſser nue
ſstro hermano el que e
ſscandalizamos.
Y flaco, aquien
ſse dá ocacion de caer, y peccar: Ser
hombre, por quien Dios hizo tanto, que llegó a morir
por el: y
ſsobre todo la ocacion, por que e
ſscandalizamos
ſser de tan poca importancia, como es el comer,
no atropellando co
ſsa tan
vil, por amor de vn Señor
q̃
que
por quitar, y euitar pecados
ſse pu
ſso en vna Cruz. Y es de
notar, que a los tales
quedã
quedan
oracion de ruyna a
ſsus pro|
ximos, no los llama
ſsan Pablo e
ſscandalo
ſsos;
ſsino matadores, y cortadores de las
con
ſsciencias de los flacos:
ni dize, que pecan
cõtra
contra
los
que e
ſscandalizan;
ſsino contra el mi
ſsmo Chri
ſsto, a
quiẽ
quien
mas offenden, y agrauian,
por que pecan
cõtra
contra
ſsu Pa
ſs
ſsion, y con
ſsu mal exemplo
deshazen quanto el Saluador hizo con
ſsu muerte, de
ſstruyendo con
ſsus ambiciones, codicias, y comidas, las
obras que el con
ſsu Cruz obrò, como enemigos de la
Cruz de Chri
ſsto.